VAR, FRANCIA.- Cualquiera que piensa en George Clooney y Brad Pitt en su época de juventud a mediados de los 90 y principios de los 2000, jamás imaginaría la conversación que tuvieron ambos, quitándose las palabras de la boca, cuando ya son dos sexagenarios.
Sí, Clooney ya tiene 63 años y Pitt 60. Los dos actores considerados unos de los mayores sex symbols de Hollywood, todavía no se dan por jubilados en su fama, y no porque sigan con la misma mentalidad de su juventud, sino porque simplemente ya se quedaron así en el imaginario colectivo.
Los intérpretes estadounidenses protagonizan la portada de septiembre de la revista GQ, y para conversar sobre el pasado, el presente y el futuro de su vidas y carreras se dieron cita en el Château Miraval, justamente el viñedo que tiene en una tremenda disputa legal a Pitt y a su exesposa la actriz Angelina Jolie.
Pero la cita con la publicación estadounidense no fue para hablar sobre eso, fue para hablar de la película en la que comparten créditos y que se estrenará en septiembre: Wolfs, dirigida por Jon Watts.
Pero finalmente la entrevista terminó siendo una reflexión de dos hombre maduros, que dejaron de competir y sentir que tenían que cuidar algo, para simplemente ser actores y darse licencias para disfrutar la vida, sin presiones y sin sentir que tienen que quedar bien con nadie.
Son esos beneficios que dan no solo una trayectoria bien cuidada y trabajada, sino también la madurez que permite ver todo con más calma, y a ese punto se llega sea o no famoso.
Unas trayectorias de mucho tiempo
A lo largo de la entrevista tanto Pitt como Clooney dejan ver cierto recelo al hecho de ser llamados “grandes estrellas”, parece que ellos se ven en el espejo y solo ven el reflejo de dos hombres que decidieron ser actores, que de vez en cuando se sentaron en la silla director, tuvieron mucha disciplina pero también mucha suerte.
“Llevamos mucho tiempo haciendo esto”, dice Brad. Y Clooney añade “recuerdo cuando tenía 20 años y oía que alguien moría a los 63 (...) Y yo pensaba: han tenido una buena vida”.
Ahora los actores ven las décadas de fama, y ambos coinciden en que estar 20 años vigentes y con buenos proyectos es suerte, pero ellos llevan décadas, y parece que el interés por su trabajo es inagotable, a pesar de las nuevas generaciones y a pesar de las nuevas formas de hacer las cosas.
Pero a la par de esa vigencia hay una consciencia de vida diferente. Tanto que, aunque los dos han dirigido películas, ahora prefieren volver a los orígenes y solo actuar. Porque también este es un asunto de tiempo.
Clooney señala que dirigir un proyecto implica al menos un año, y que esto significa alterar la rutina de sus hijos, llevarlos de un lado a otro y cambiar sus entornos, un precio que no está decidido a pagar, por ello ahora valora centrarse en otras cosas, “como actuar”.
Para Pitt la cosa pinta de una manera en que si bien siente que está en la misma trayectoria de hace años, y aunque se siente igual en su trabajo, ahora intenta disfrutar y “simplemente vivir”. “No sé cómo no sonar cursi, pero el aire es fresco y la hierba es verde. Me he convertido un poco en ese tipo de persona”, añade.
Y luego quedan en la entrevista dos hombres en los 60 siendo todavía más conscientes de su edad.
Clooney recuerda cuando cumplió 60 años y pensó que todavía podía jugar al baloncesto con sus hijos, y hacer otro montón de cosas porque físicamente se siente bien, está en “muy buena forma”, pero que da igual cuánto se cuide, en 20 años tendrá 80, una edad en la que todo cambia, por lo tanto no hay que centrarse solo en el trabajo, “sino también en la vida”.
Para Pitt, la edad también le ha hecho entender la idea de mortalidad, y acota que se ha vuelto más consciente de ello.
Aunque hay colegas que a diferencia de ellos no corrieron con la misma suerte de sobrevivir en una industria competitiva que adora la juventud, Clooney considera que el problema es que hay actores que quieren seguir siendo el mismo personaje de cuando tenían 35 años. Y luego está el hecho de asumir que a veces hay que estar dispuesto a perder algún puesto en la lista e interpretar un personaje interesante. No todo se trata de éxitos comerciales.
Y así, entre ideas, recuerdos y sesión de fotos, los actores mostraron ante GQ que todo cambia con los años, y que asumirlo es la mejor manera de afrontarlo.
Quizá en sus juventudes hubo planteamientos más frívolos respecto a la vida y la actuación, quizá recibir tanta atención en algún momento les hizo perder el piso. Pero ahora, solo se lee en la entrevista de la revista a dos adultos mayores que sopesan el peso de la fama de otra manera, que valoran la vida también de otra manera, y que ante la superficialidad solo queda la realidad de que todo llega a su fin, por mucho empeño que haya en detener el tiempo. De todos modos, no todo importa.