Estados Unidos
El actor y productor, Johnny Depp de 54 años de edad, está en medio de otro litigio legal, por 25 millones de dólares, presentado en enero de 2017 por dos exguardias, que aducen gastos extravagantes por parte del artista.
Los dos expertos en seguridad, Eugene Arreola y Miguel Sánchez, trabajaban inicialmente para la empresa 'Premiere Group International', pero la estrella de Hollywood decidió contratarles de forma independiente cuando rompió su relación profesional con la mencionada firma en 2016.
A partir de entonces ambos eran considerados empleados del señor Depp, como apuntan en los documentos presentados para respaldar la mencionada demanda, con las obligaciones y prestaciones que conllevaba tal puesto.
Arreola y Sánchez aseguran que durante su etapa como parte del equipo de seguridad del actor se vieron obligados a conducir vehículos que transportaban sustancias ilegales y que a menudo se vieron envueltos en situaciones 'que implicaban más de lo que se esperaría que hiciera cualquier guardaespaldas'.
En concreto, alegan que entre 2016 y 2018 tuvieron que proteger a su cliente de sus adicciones y de sí mismo hasta el punto de convertirse en 'sus cuidadores', pese a lo cual durante ese período de tiempo no recibieron ningún tipo de compensación por sus horas extra.
Sus condiciones laborales, que omitían el derecho a descansos y no incluían el costo de sus comidas, habrían provocado que desarrollaran lesiones provocadas por el estrés.
Pese a estas acusaciones, los dos demandantes aseguran no albergar ningún tipo de resentimiento hacia Johnny Depp, ya que sus reproches irían dirigidos en realidad a Leonard Damian, el jefe de su dispositivo de seguridad y el supervisor directo de Arreola y Sanchez.
El actor y productor, Johnny Depp de 54 años de edad, está en medio de otro litigio legal, por 25 millones de dólares, presentado en enero de 2017 por dos exguardias, que aducen gastos extravagantes por parte del artista.
Los dos expertos en seguridad, Eugene Arreola y Miguel Sánchez, trabajaban inicialmente para la empresa 'Premiere Group International', pero la estrella de Hollywood decidió contratarles de forma independiente cuando rompió su relación profesional con la mencionada firma en 2016.
A partir de entonces ambos eran considerados empleados del señor Depp, como apuntan en los documentos presentados para respaldar la mencionada demanda, con las obligaciones y prestaciones que conllevaba tal puesto.
Arreola y Sánchez aseguran que durante su etapa como parte del equipo de seguridad del actor se vieron obligados a conducir vehículos que transportaban sustancias ilegales y que a menudo se vieron envueltos en situaciones 'que implicaban más de lo que se esperaría que hiciera cualquier guardaespaldas'.
En concreto, alegan que entre 2016 y 2018 tuvieron que proteger a su cliente de sus adicciones y de sí mismo hasta el punto de convertirse en 'sus cuidadores', pese a lo cual durante ese período de tiempo no recibieron ningún tipo de compensación por sus horas extra.
Sus condiciones laborales, que omitían el derecho a descansos y no incluían el costo de sus comidas, habrían provocado que desarrollaran lesiones provocadas por el estrés.
Pese a estas acusaciones, los dos demandantes aseguran no albergar ningún tipo de resentimiento hacia Johnny Depp, ya que sus reproches irían dirigidos en realidad a Leonard Damian, el jefe de su dispositivo de seguridad y el supervisor directo de Arreola y Sanchez.