Cuando vino por primera vez a Honduras hace 43 años, Janet Gold no conoció mucho de nuestro país durante su estadía, y tal vez no imaginó que casi dos décadas después su primer libro sería sobre una poeta hondureña.
La escritora estadounidense mantiene un cariño especial por esta tierra a la que ha regresado en repetidas ocasiones, y en esta oportunidad lo hizo con el fin de presentar su nuevo libro “La montaña plateada”, un cuento para jóvenes escrito en inglés y español que está inspirado en Santa Lucía. El lanzamiento de esta obra se realizó en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
Vida Cultural conversó con ella acerca de este libro y su interés por la literatura y cultura nacional, a continuación sus impresiones.
¿Cómo fue que llegó a Santa Lucía?
Hace dos años un amigo, Guillermo Yuscarán, que es un escritor y pintor que vive en Santa Lucía, me invitó a colaborar con ellos en un proyecto de historia local patrocinado por la Casa de Arte, Educación y Cultura de Santa Lucía y Aldea Global, entonces llegué hace dos años para ayudar y saber cuál iba a ser mi papel en el proyecto, y este libro es el resultado de mi colaboración.
¿Este es un libro histórico?
No es un libro histórico, es un cuento histórico, el contexto es la historia de Santa Lucía pero los personajes son inventados.
¿Qué temas aborda?
El tema principal es el ecológico porque yo terminé diciendo que la montaña misma donde está ubicada Santa Lucía iba a ser el personaje principal del libro, y el otro tema muy importante para mí es la relación que los seres humanos tienen con la naturaleza, entonces yo voy desarrollando en diferentes momentos históricos la amistad o relación que la montaña tiene con las plantas, los animales, con los indígenas y los españoles, hasta el presente.
¿Cuál fue su fuente de información?
Me basé principalmente en la información documentada por la escritora Rebeca Becerra, quien formó parte del equipo de este proyecto, ella hizo mucha investigación en archivos, buscando documentos y verificando información histórica, y ella resumió esa información y la compartió conmigo. También mi otra fuente de información fueron las entrevistas a personas mayores de Santa Lucía para escuchar sus historias, sus anécdotas, y también mi estadía de dos semanas en Santa Lucía, caminando por las calles, sintiendo el ambiente y platicando con los niños de la escuela.
¿En qué época situó este cuento?
El primer capítulo es la prehistoria porque yo explico de manera lírica la formación del istmo de Centroamérica, en el centro de este puente de tierra que conecta al hemisferio del norte con el hemisferio del sur se encuentra Honduras, y en el centro de Honduras está Santa Lucía, y ahí está la montaña, entonces el primer capítulo se llama “La montaña plateada nace”. Yo no le puedo poner una fecha porque las fechas vienen con los seres humanos.
¿Qué personajes podemos encontrar en esta historia?
Uno de mis personajes favoritos, aunque me gustan todos, es Salico, un niño indígena que sube la montaña para cazar venados. Marec es el hijo de Salico cuando él ya crece y tiene su familia, otros personajes muy agradables, a mi parecer, son del siglo XX, entre ellos doña Nicolasa y su hija Graciela, quienes son mujeres que venden flores en el mercado. El personaje más contemporáneo es una joven que se llama Marianela, que vive en Santa Lucía y ella es como la heroína con quien termina el cuento.
Este es el tercer libro que Janet Gold escribe inspirado en Honduras, el primero de su carrera es la biografía de Clementina Suárez, “El retrato en el espejo”.
Posteriormente publicó un libro en inglés, que es un material de referencia para los estudiantes cuando hacen sus proyectos de investigación sobre cultura y costumbres de Honduras.
Pero remontándonos a su primer libro, el cual habla de la obra y vida de Suárez, la escritora compartió con nosotros algunos detalles que recuerda con cariño y agradecimiento.
¿Cómo fue que surgió su interés por Clementina Suárez?
Había un cariño por Honduras porque cuando me gradué de la universidad y tenía apenas 21 años conseguí un trabajo dando clases de quinto grado en la Escuela Americana, entonces me vine para Honduras, me quedé un año y apenas empecé a conocerla, porque yo era muy joven y estaba siempre trabajando y no conocí muy bien al pueblo, pero cuando ya era tiempo de escoger un tema para la tesis doctoral, yo dije “ahora sí quiero saber más de Honduras, de su mundo cultural, de su producción literaria”. Y me puse a buscar y fue cuando empecé a investigar sobre la literatura hondureña y descubrí la figura de Clementina y quise saber más de ella, y descubrí que nadie había escrito su biografía y dije “bueno, esa va a ser mi tesis”.
¿Cómo logró conocer más de ella para hacer su biografía?
Yo tuve la suerte de recibir una bonita beca que me permitió venir a vivir a Honduras por ocho meses, y en ese tiempo visité a Clementina en su casa, casi diariamente. Alquilé un apartamento cerca de donde ella vivía, y la verdad logré conocer las diferentes facetas de su vida.
¿Qué conoció de ella?
En el tiempo que compartí con ella, para mí Clementina era capaz de ser muy tierna, muy cariñosa, comunicaba mucho, me contaba muchas cosas, sentí que fue muy sincera conmigo. Pero también había veces cuando ella fue muy tremenda, y tenía sus momentos. Cuando yo la visitaba a veces me decía “haz esto”, “tráeme lo otro”, “ve a la calle a comprarme esto”, “acompáñame a hacer esto”, y yo lo hice porque para mí era una manera muy agradable de realmente conocerla como persona.
¿Y en general qué concepto tiene de la literatura hondureña?
Me gusta mucho, yo creo que tiene muchas facetas interesantes, realmente hay libros representativos de todos los géneros, de todos los estilos, igual que en toda Centroamérica y toda América Latina, hay poesía modernista, de vanguardia, de compromiso social, feminista... hay de todo, Honduras ha producido de todo.