California, Estados Unidos
Muchos ya lo conocían por su rol como la mano derecha de Kevin Spacey en el éxito de Netflix, House of Cards.
Y aunque llegó al Oscar por duplicado, con la participación en dos de las mejores películas nominadas como Moonlight y Hidden Figures, el reconocimiento finalmente lo obtuvo como el Mejor actor secundario, por Moonlight, la Mejor película del año (aunque por un momento le haya robado la alegría La La Land).
Es inevitable empezar a hablar del Oscar sin tocar el tema del gran error de sobres cuando nombraron como Mejor película a La La Land en vez de Moonlight.
¿Qué pensaste exactamente en aquel momento?
Para empezar, a La La Land le va muy bien en el cine y ya venía resonando en mucha gente, especialmente en este momento donde la gente necesita esperanza en sus vidas.
Pero la película tuvo un impacto diferente en el público, muy diferente a Moonlight. Cuando nombraron a La La Land como ganadora, no me sorprendí. Y estaba feliz por ellos. Pero cuando vi que había gente de seguridad que subía al escenario, en ese momento me preocupé.
Y cuando Jordan Horowitz (el productor de La La Land) dijo que Moonlight había ganado, me tomó por sorpresa y yo tampoco quería subir y quitarle el premio a nadie. Fue un momento difícil para disfrutar, porque alguien más estaba frente a nuestro Oscar.
Pero me siento afortunado por todos nosotros, al habernos llevado el premio como Mejor película. Es sorprendente.
¿Genera cierto orgullo ser también el primer actor musulmán que gana un Oscar?
Yo no creo que importe la teología o cómo vea en esta vida a Dios. Como artista, mi trabajo es el mismo, contar la verdad y tratar de conectar con los personajes y la gente, tan honestamente como pueda.
La práctica espiritual no creo que sea relevante, a menos que te dé una forma de encontrar la empatía con la gente.
En ese sentido, estoy orgulloso, sí. Pero no dejo de ser un artista que se siente bendecido por las oportunidades que tengo y trato de hacer lo mejor con cada oportunidad que se cruza en mi camino.
¿Pero justo después de la prohibición de visas musulmanas que había ordenado Donald Trump, fuiste el primer actor en declarar públicamente tu orgullo musulmán. ¿Hasta qué nivel puede haber influenciado el Oscar tu activismo público?
Es triste ver los prejuicios que hay cuando alguien le reza a alguien diferente o tiene una forma distinta de definir a Dios.
Duele ver lo que le pasa a los inmigrantes. Vivimos un momento de desafíos y lo más positivo como artista es vivir la oportunidad de darle brillo a una luz en situaciones donde se necesite que una luz brille.
A lo mejor, pueda ayudar a iniciar una conversación, porque todos los cambios se empiezan así, hablando. Es lo máximo que puedo hacer.
Al momento de recibir el Oscar, esta vez no dijiste nada sobre Trump.
¿Qué piensas sobre la polémica de mezclar ideas políticas en medio de una entrega de premios como el Oscar, al saber que del otro lado de la cámara también puede haber gente que esté en desacuerdo con tus ideas?
Esa es la verdad de la vida. Tenemos que respetar si alguien no está de acuerdo con el otro, porque cuando somos diferentes, es importante. Cuando estás de acuerdo con algo, no es necesario respetarlo, porque no hay nada que te preocupe.
Pero cuando alguien señala “esa persona es diferente a mí”, aunque no sea en un tono derogatorio, hay que respetarlo y generar al menos el espacio apropiado para tratar de entender la diferencia, para generar la oportunidad de conocernos y ver que la otra persona es tan humana como el resto.
¿Hay alguien en particular que te inspiró en tu carrera a mejorar como actor, para llegar al nivel del Oscar?
La persona que siempre me inspiró como actor fue Denzel Washington.