NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS. - No son prendas para pasar desapercibido, pero sí para cuestionar, desafiar, escandalizar y arrancar una sonrisa, o a veces hasta una carcajada.
La exposición más esperada de esta primavera boreal en Nueva York, 'Camp: notas sobre moda', que se inaugura este jueves en el Museo Metropolitano, presenta más de 250 objetos desde el siglo XVII hasta la actualidad para explorar los orígenes y efectos de esta sensibilidad.
La célebre gala anual del Met, que reunirá este lunes de noche a la crema y nata de Nueva York y a las mayores estrellas de la moda, el cine, la música y la televisión estadounidenses, se inspira en la exposición, y también la financia.
'Camp' es una magnífica capa de piel sintética con cola, con los colores del arco iris, diseñada por Christopher Bailey para Burberry.
O un traje de marinero de pantalones con lentejuelas azules y un top de seda blanco, de Jean-Paul Gaultier. O un vestido balón de miles de plumas lilas, sobre el cual 'flotan' casi un centenar de mariposas multicolores, de Jeremy Scott para Moschino.
La gala, que se celebra el primer lunes de mayo de cada año y es conocida como 'la fiesta del año' o 'los Óscar de la costa este', está abierta a solo 550 elegidos que pagan 35.000 dólares cada uno, o hasta 300.000 por toda una mesa. Su meta es recaudar fondos para el Instituto de Vestimenta del Met, que organiza la exposición.
La papisa de la moda Anna Wintour, la jefa de redacción de la edición estadounidense de Vogue, tiene la última palabra sobre cada invitación, y ha transformado la gala desde que asumió sus riendas en 1999, logrando recaudar desde entonces casi 200 millones de dólares.
Este año, Wintour dirige la gala junto a Lady Gaga, el cantante británico Harry Styles, la tenista Serena Williams y el italiano Alessandro Michele, director creativo de Gucci, la marca que auspicia la exposición junto a Condé Nast, editor de Vogue.
¿Camp?
¿Pero qué es 'camp'?, se preguntan todos. Y nadie sabe a ciencia cierta.
'Camp' es una estética exuberante, exagerada, caracterizada por la ironía, el humor, el pastiche, el artificio, la teatralidad y la exageración, resume el Met. El 'camp' combina con indiferencia cultura popular y elevada, original y réplica.
Como unos Crocs fucsia con plataforma de Balenciaga, con multitud de pins de la Torre Eiffel, una bandera de Italia y un símbolo de la paz, inspiradas en las icónicas plataformas multicolores de Salvatore Ferragamo de los años 70.
O como la canción 'Over The Rainbow' de Judy Garland, himno 'camp', que se escucha una y otra vez al recorrer la exposición.
En inglés 'camp' puede usarse como un verbo, un adjetivo o un sustantivo. Su traducción al español es esquiva: ni 'afeminado' ni 'afectado' o 'amanerado' o 'exagerado' abarcan todo su concepto.
Quien encarna mejor su definición de diccionario, según el Met, es el escritor Oscar Wilde, pero también son o fueron camp Alejandro Magno, Leonardo da Vinci, Bette Midler, David Hockney o Luis XV.
Camp 'es la libertad de ser como uno quiere', dijo el lunes el diseñador de Gucci Alessandro Michele en la presentación de la exposición a la prensa. Es el resultado de 'la propia expresión y creatividad'.
'Camp' es una cartera de cuero que imita exactamente una plancha, expuesta en la exhibición. O un tocado que de lejos uno juraría es exactamente un coliflor, pero está hecho de seda y perlas. O unas calzas para hombre color piel, con una hoja de vid bordada en lentejuelas cubriendo el pubis, de Vivienne Westwood.
'Un modo de disfrute'
El 'camp' reaparece en momentos de inestabilidad social, política y económica, como en los años 60 o la era actual, cuando la sociedad está polarizada, porque 'es por naturaleza subversivo' y 'confronta y desafía el status quo', dijo Andrew Bolton, curador del Instituto de Vestimenta del Met.
El concepto de 'camp' es sumamente 'elusivo', sus ejemplos infinitos, y como dijo el historiador cultural Andy Medhurst, tratar de definirlo es 'como intentar sentarse en la esquina de una habitación circular', explicó Bolton.
La escritora y filósofa Susan Sontag fue la primera en reflexionar seriamente sobre el 'camp' en un ensayo en 1964, otorgándole una gramática propia y haciendo que pasara de los márgenes de la sociedad a la cultura dominante.
'El gusto 'camp' es sobre todo un modo de disfrute, de apreciación, no de juicio. El 'camp' es generoso', escribió Sontag en unas de sus 58 reflexiones sobre lo que es 'camp'.
''Camp' es un sitio de debate más que de consenso', pero 'al final, el propósito del 'camp' es poner una sonrisa en nuestros rostros y un resplandor cálido en nuestros corazones', concluyó Bolton.
La exposición más esperada de esta primavera boreal en Nueva York, 'Camp: notas sobre moda', que se inaugura este jueves en el Museo Metropolitano, presenta más de 250 objetos desde el siglo XVII hasta la actualidad para explorar los orígenes y efectos de esta sensibilidad.
La célebre gala anual del Met, que reunirá este lunes de noche a la crema y nata de Nueva York y a las mayores estrellas de la moda, el cine, la música y la televisión estadounidenses, se inspira en la exposición, y también la financia.
'Camp' es una magnífica capa de piel sintética con cola, con los colores del arco iris, diseñada por Christopher Bailey para Burberry.
O un traje de marinero de pantalones con lentejuelas azules y un top de seda blanco, de Jean-Paul Gaultier. O un vestido balón de miles de plumas lilas, sobre el cual 'flotan' casi un centenar de mariposas multicolores, de Jeremy Scott para Moschino.
La gala, que se celebra el primer lunes de mayo de cada año y es conocida como 'la fiesta del año' o 'los Óscar de la costa este', está abierta a solo 550 elegidos que pagan 35.000 dólares cada uno, o hasta 300.000 por toda una mesa. Su meta es recaudar fondos para el Instituto de Vestimenta del Met, que organiza la exposición.
La papisa de la moda Anna Wintour, la jefa de redacción de la edición estadounidense de Vogue, tiene la última palabra sobre cada invitación, y ha transformado la gala desde que asumió sus riendas en 1999, logrando recaudar desde entonces casi 200 millones de dólares.
Este año, Wintour dirige la gala junto a Lady Gaga, el cantante británico Harry Styles, la tenista Serena Williams y el italiano Alessandro Michele, director creativo de Gucci, la marca que auspicia la exposición junto a Condé Nast, editor de Vogue.
¿Camp?
¿Pero qué es 'camp'?, se preguntan todos. Y nadie sabe a ciencia cierta.
'Camp' es una estética exuberante, exagerada, caracterizada por la ironía, el humor, el pastiche, el artificio, la teatralidad y la exageración, resume el Met. El 'camp' combina con indiferencia cultura popular y elevada, original y réplica.
Como unos Crocs fucsia con plataforma de Balenciaga, con multitud de pins de la Torre Eiffel, una bandera de Italia y un símbolo de la paz, inspiradas en las icónicas plataformas multicolores de Salvatore Ferragamo de los años 70.
O como la canción 'Over The Rainbow' de Judy Garland, himno 'camp', que se escucha una y otra vez al recorrer la exposición.
En inglés 'camp' puede usarse como un verbo, un adjetivo o un sustantivo. Su traducción al español es esquiva: ni 'afeminado' ni 'afectado' o 'amanerado' o 'exagerado' abarcan todo su concepto.
Quien encarna mejor su definición de diccionario, según el Met, es el escritor Oscar Wilde, pero también son o fueron camp Alejandro Magno, Leonardo da Vinci, Bette Midler, David Hockney o Luis XV.
Camp 'es la libertad de ser como uno quiere', dijo el lunes el diseñador de Gucci Alessandro Michele en la presentación de la exposición a la prensa. Es el resultado de 'la propia expresión y creatividad'.
'Camp' es una cartera de cuero que imita exactamente una plancha, expuesta en la exhibición. O un tocado que de lejos uno juraría es exactamente un coliflor, pero está hecho de seda y perlas. O unas calzas para hombre color piel, con una hoja de vid bordada en lentejuelas cubriendo el pubis, de Vivienne Westwood.
'Un modo de disfrute'
El 'camp' reaparece en momentos de inestabilidad social, política y económica, como en los años 60 o la era actual, cuando la sociedad está polarizada, porque 'es por naturaleza subversivo' y 'confronta y desafía el status quo', dijo Andrew Bolton, curador del Instituto de Vestimenta del Met.
El concepto de 'camp' es sumamente 'elusivo', sus ejemplos infinitos, y como dijo el historiador cultural Andy Medhurst, tratar de definirlo es 'como intentar sentarse en la esquina de una habitación circular', explicó Bolton.
La escritora y filósofa Susan Sontag fue la primera en reflexionar seriamente sobre el 'camp' en un ensayo en 1964, otorgándole una gramática propia y haciendo que pasara de los márgenes de la sociedad a la cultura dominante.
'El gusto 'camp' es sobre todo un modo de disfrute, de apreciación, no de juicio. El 'camp' es generoso', escribió Sontag en unas de sus 58 reflexiones sobre lo que es 'camp'.
''Camp' es un sitio de debate más que de consenso', pero 'al final, el propósito del 'camp' es poner una sonrisa en nuestros rostros y un resplandor cálido en nuestros corazones', concluyó Bolton.