Si bien dicen que nadie es profeta en su tierra, Elhy Samantha Matute, la primera sexóloga hondureña, busca dejar su huella en la tierra que la vio nacer.
Aunque se formó en la profesión que hoy le apasiona en suelo europeo, Samantha Matute se define 'tan hondureña como cualquiera'.
La especialista nació y se crió en Tegucigalpa, en el seno de una familia luchadora. Cursó sus estudios primarios y secundarios en Honduras, pero al culminar el bachillerato decidió estudiar diseño de interiores y se hizo acreedora a una beca para trasladarse a España, donde residía entonces su madre.
Sin embargo, fue en España donde descubrió su vocación.
'Yo opto por irme y especializarme en Interiorismo en Italia. Una vez en España, empiezo a conocer otras cosas, a relacionarme con gente muy culta y desarrollo la pasión por la filosofía, que siempre la tuve, y decido detener mis estudios de Interiorismo, dejarlo todo tirado y estudiar filosofía', recordó Matute.
Sus contactos y el acceso a la información la acercaron a la sexología profesional. Por ello, al culminar su grado en Filosofía decide incursionar en el área y se especializa en Sexología clínica y terapia de parejas.
'Me encantó todo esto. Ya había estudiado en la Asociación de Enfermería de Valencia y me trasladé de Sevilla, que era la ciudad donde vivía, a Valencia, a sacarme este curso que duró alrededor de tres meses', señaló.
Al finalizar su práctica profesional como la alumna más destacada de su clase, recibió una oferta de trabajo en la institución donde continuó sus estudios en Psicopatología forense, agresiones sexuales e investigación criminal.
'Ya con los pacientes me enfrentaba a lo que era la sexología clínica y poco a poco fui interesándome más. Tuve la oportunidad de que en el centro donde laboraba también se hacían estudios y ellos me apoyaban de gran manera para lograr hacer ciertas investigaciones por las que luego fui premiada', acotó.
Samantha Matute ha recibido varios reconocimientos por sus estudios relacionados con la infidelidad como trastorno compulsivo y nuevas terapias de disfunción sexual.
Además, fue la primera hondureña en participar en un congreso de sexología, donde ofreció una conferencia y obtuvo el Premio a la Vanguardia.
Sintiéndose exitosa en su trabajo, aseguró que las mujeres que laboran en el área 'inspiramos mucha confianza. Además nos identificamos con los casos de las mujeres y comprendemos a los hombres sin juzgarlos'.
De igual manera, se refirió a la creciente cantidad de casos de abuso infantil que se registran en Honduras y expresó su deseo de trabajar en su país en atención a menores víctimas de este flagelo.
Madre de dos niñas, afirmó que 'como padres hemos mantenido una distancia que no debería existir con nuestros hijos. Nosotros deberíamos ser los mejores amigos de nuestros hijos'.
Por ello, se consideró afortunada de haber contado con el apoyo de su madre, a quien calificó como su modelo a seguir y, aunque ahora vive en Finlandia, mantienen permanente contacto.
La especialista se quedará una temporada en Honduras, donde planea ejercer su carrera a través de la docencia y mediante el tratamiento de pacientes.