TEGUCIGALPA, HONDURAS
Antes de las elecciones del 14 de marzo próximo cumplirá 70 años. Es un hombre simple. Ha sido el único presidente del Congreso Nacional reelecto de forma consecutiva en ese cargo, pero está claro que de no ganar las primarias en el oficialista Partido Nacional será su última participación para aspirar a un puesto público.
Mauricio Oliva Herrera es el más longevo de los nueve precandidatos presidenciales de la próxima contienda electoral. El titular del Poder Legislativo afirma que será el candidato oficial de su partido y próximo presidente de Honduras.
Teníamos la cita confirmada un viernes de enero, no obstante, debido a la agenda apretada porque en ese momento se discutía la aprobación del aborto en la Cámara Lagislativa y a visitas inesperadas de periodistas conocidos, el titular del Poder Legislativo no pudo atender a EL HERALDO, lo que provocó una invitación más personal a unos 185 kilómetros de distancia de la capital de Honduras.
Nació en Tegucigalpa, pero la mayor parte de gente cree que es de Choluteca; es un médico normal con especialidad en cirugía, con tres hijos que le han dado cinco nietos.
Después del recorrido de un poco más de dos horas, llegamos a su casa, que por fuera y a la primera vista se observa modesta, pero con cada paso nos damos cuenta que abundan los detalles y la pomposidad.
Un terreno baldío que usa como helipuerto, una cancha, una piscina, varios vehículos de lujo, seguridad privada, oficiales de la policía, elementos del ejército y varios motoristas, más los trabajadores que se encargan del mantenimiento del inmueble, son los elementos que le quitan lo modesto a la propiedad, que por fuera pasa resguardada por integrantes de la fuerza especial Tigres.
Ubicados en un salón que aparentaba ser un bar, esperamos al médico quizá por 20 minutos. Transcurrido ese lapso, empezamos a escuchar un helicóptero y un miembro de la seguridad privada se acercó para anunciarnos que Oliva estaba apunto de llegar.
Pasados cinco minutos salió de la casa vistiendo una camisa manga larga azul con circunferencias blancas, jeans azul y zapatos negros, en alusión que el azul es su color favorito: “Es el color del Partido Nacional”, remarcó.
Con entereza caminó por el jardín de su espaciosa morada en Choluteca, conversando con su hijo Mauricio Oliva, quien coordinó nuestra llegada al aposento. Sabía que era justamente la hora de la entrevista porque luego, en hora y media, debía abordar un helicóptero que lo transportaría a otro municipio sureño a una concentración política.
Extrema amabilidad, ofreció mucha cortesía y hasta acompañarlo en el helicóptero a su gira para luego continuar la charla en un almuerzo, pero no es necesario porque hora y media eran suficientes para conocer sus aspiraciones.
Así que mientras una empleada servía limonada granizada para regular la temperatura corporal, pese a que había un viento no tan cálido como el acostumbrado en el sur, empezó a relatarnos sus orígenes, su actividad política y familiar, hasta su plan en lo personal después del 25 de enero de 2022.