Cientos de policías y militares se desplegaban este miércoles en barrios y colonias de las principales ciudades de Honduras, donde los pandilleros amenazan a los activistas políticos impidiéndoles hacer campaña con motivo de las elecciones del 26 de noviembre, informaron autoridades.
Pelotones de militares y policías hacían retenes de registro de ciudadanos y vehículos en las entradas de colonias conflictivas de la capital, San Pedro Sula, el puerto caribeño de La Ceiba y otras comunidades, dijo un portavoz oficial a la AFP.
Otros efectivos patrullaban en vehículos o a pie en barrios y colonias para disuadir, sobre todo a los pandilleros de Barrio 18 que amenazan a los activistas de los candidatos que participan en las elecciones, incluyendo los del oficialista Partido Nacional (PN) que del presidente Juan Orlando Hernández, que busca la reelección.
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El portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), teniente coronel Santos Nolasco, informó que 'a medida que se acercan las fechas de las elecciones y la Navidad se están haciendo las saturaciones disuasivas' para los delincuentes.
Añadió que se reforzó la presencia policial y militar, día y noche, ante las amenazas que los militantes de los partidos políticos reciben de los pandilleros, que les impiden colocar propaganda en las zonas donde operan.
Fusina desplegó las tropas, acompañadas de fiscales, en los 18 departamentos del país, especialmente en las ciudades de mayor incidencia delictiva, indicó.
'Lo que se quiere es que la población salga a votar con confianza' el día de las elecciones, afirmó.
El candidato del Partido Liberal (PL), Luis Zelaya, declaró a la AFP que en muchos barrios y colonias de la capital es imposible llevar el mensaje a los electores porque están bajo control de las pandillas.
El dirigente del PN, Fernando Anduray, en declaraciones a la AFP responsabilizó a las dirigencias del PL y de la izquierdistas Alianza de Oposición, encabezada por Manuel Zelaya (derrocado de la presidencia en 2009), y que lleva como candidato al periodista Salvador Nasralla, de tratar de atemorizar a los activistas del oficialismo diciéndoles que hay amenazas de pandillas.
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