TEGUCIGALPA, HONDURAS.-En esto no hay fórmulas. El
covid -19, a pesar de que nos tuvo como testigos de lo que sucedía al otro lado de este continente, nos tomó por sorpresa, aunque sabíamos que solo era cuestión de tiempo que la pandemia traspasara nuestra frontera.
Ante el futuro poscovid en el que hay más preguntas que respuestas, el artista plástico Santos Arzú Quioto reflexiona desde diferentes aristas sobre el impacto de la pandemia.
No son salidas, no son claves, solo reflexiones. Arzú Quioto con una carrera avalada por 38 años en el arte plástico, es uno de los pintores cuya obra reflexiona sobre el hombre, la vida, la muerte y la sociedad.
Desde 1982 ha realizado alrededor de 25 proyectos, que han girado alrededor del mundo en bienales, exposiciones individuales y colectivas. Son más de 25 países los que conocen el trabajo del pintor abstracto, quien además dedicó 28 años de su vida a la docencia. Arzú Quioto ha sido reconocido en dos ocasiones por la revista Forbes como uno de los artistas más creativos de Centroamérica y el Caribe.
tas o periféricas cuando se sienten acorraladas quieren relegar momentáneamente el secularismo duro y buscan devolver el trono celestial arrebatado. Desde esta latitud en la cintura de América aún con todo el peligro que se cierne, somos pueblo solidario y generoso que ve al prójimo con y desde el corazón.
Ante el futuro poscovid en el que hay más preguntas que respuestas, el artista plástico Santos Arzú Quioto reflexiona desde diferentes aristas sobre el impacto de la pandemia.
No son salidas, no son claves, solo reflexiones. Arzú Quioto con una carrera avalada por 38 años en el arte plástico, es uno de los pintores cuya obra reflexiona sobre el hombre, la vida, la muerte y la sociedad.
Desde 1982 ha realizado alrededor de 25 proyectos, que han girado alrededor del mundo en bienales, exposiciones individuales y colectivas. Son más de 25 países los que conocen el trabajo del pintor abstracto, quien además dedicó 28 años de su vida a la docencia. Arzú Quioto ha sido reconocido en dos ocasiones por la revista Forbes como uno de los artistas más creativos de Centroamérica y el Caribe.
La pospandemia, una oportunidad
Hábitos de convivencia reforzados
No es tan fácil cambiar de un día para otro, pautas de conducta entronizadas. Por los momentos los abrazos se vuelven amenaza, los besos hay que “clorarlos” y los brazos son cobras temibles, sin embargo, por cuestión cultural esta cercanía y contacto físico nunca podrá erradicarse del todo, será selectivo.Tecnología, tiempo real y testigos
Además de la vertiginosa propagación, el carácter omnipresente del covid-19 aterroriza, y lo que más nos azorra es que fuimos testigos de cómo los países fueron cayendo uno a uno como fichas de dominó. La tecnología ha jugado un papel preponderante, hizo posible interconectarnos y ver cómo la pandemia nos acechaba en tiempo real. El enemigo está aquí, como huésped indeseable al acecho.“Mea culpa” y prioridades
Una situación excepcional como la que estamos viviendo hace saltar alarmas e inmediatamente nos incita a hacer recuento de lo que poseemos como individuos y como país para crear o activar mecanismos de ahorro estableciendo prioridades, incluso cuestionando axiologías. En tiempos de “bonanza” evitar despilfarro y asesorarnos de personas idóneas dando paso a la planificación seria.Ni fórmulas ni respuestas ni vaticinios
El escenario en el cual nos debatimos da la impresión de que no hemos tocado fondo, que la nebulosa nos impide ver un palmo más allá de nuestra nariz. Aún en plena “expansión covid” ya es común escuchar la palabra “pospandemia”, incluso en América Latina convertida ahora en epicentro. La pospandemia es sinónimo de jirones, despojos o ruinas.Avalancha, saturación y discernimiento de información
Nos sentimos atiborrados con tanta información a veces contradictoria y mutante. ¿A quién creerle? Es nuestro gran dilema. Hay que desarrollar olfato fino para discernir qué conviene ver, escuchar, desechar y con qué nos quedaremos para procesar y dé buen fruto. Nosotros determinamos cuándo y cómo hacer pausa.Reflexión, silencio y replantearse
Esta crisis sanitaria no nos ha dejado impávidos, nos ha impactado y afectado de muchas maneras. Normalmente cuando terminamos y cerramos ciclos o año empezamos a reformular nuevos planes y proyectos. Pospandemia es un cierre que nos presenta oportunidad de reinvención a todo nivel. Para ello es necesaria la reflexión y hacer silencio sin miedo al “horror vacui”.Resiliencia y esperanza
El hondureño tiene un sentido del humor peculiar, sabe reírse incluso de él mismo, que es un verdadero arte y es simultáneamente válvula de escape, lo ha mantenido incólume a pesar de todas las vicisitudes y jugadas crueles de la vida. La pandemia lo está golpeando duro, pero aún con miedo e inseguridad, mantiene encendida la llama de la esperanza.Espiritualidad y solidaridad
Respeto es la argamasa entre estos conceptos. Muchas sociedades opulentas o periféricas cuando se sienten acorraladas quieren relegar momentáneamente el secularismo duro y buscan devolver el trono celestial arrebatado. Desde esta latitud en la cintura de América aún con todo el peligro que se cierne, somos pueblo solidario y generoso que ve al prójimo con y desde el corazón.