Analistas coincidieron que el sector que más actividad tuvo con todo y crisis sanitaria que prácticamente operó casi de forma normal fue el vinculado a la producción al igual que distribución alimentaria que abarca a supermercados, tiendas de abarrotería y negocios de comida.
“Este es el rubro económico más rentable porque a medida que crece la población las necesidades de alimentos son mayores; con un ritmo de crecimiento poblacional del país que anda alrededor de un 2.3% entonces los alimentos de la población mantendrán siempre esta velocidad creciente”, manifestó el expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Luis Guifarro.
Aseguró que gran parte de los ingresos de las personas se destinan a la adquisición de bienes de consumo y perecederos.
30%De la producción de los agricultores del país adquiere la industria de los restaurantes de comidas rápidas. |
Desde el pasado 16 de marzo se decretó en todo el territorio nacional un toque de queda, imponiéndose por varios meses una restricción casi total de la circulación de la ciudadanía y entre las excepciones figuró la industria agroalimentaria que incluyó a los centros de distribución de alimentos así como de bebidas.
Los supermercados también permanecieron abiertos y aunque en un principio no todos podían salir el mismo día a la vez, ofrecieron a los consumidores productos de primera necesidad.
Si bien estos establecimientos comerciales reportaron una merma en sus utilidades en comparación a otros años, lograron mantener su operatividad, mientras que otros registraron un crecimiento en ventas, particularmente de equipo e insumos de bioseguridad.
En el caso de los restaurantes y negocios de comida dejaron de recibir la clientela para prevenir brotes de coronavirus, por lo que las entregas a domicilio y los servicios de delivery no dejaron caer su actividad, pese al confinamiento.
El especialista en Investigación y Estadística Económica del Consejo Nacional de Inversiones (CNI), Alejandro Aronne, consideró que “las empresas de comidas tuvieron que tomar decisiones con el fin de adaptarse a la crisis. Las nuevas prácticas empresariales permitieron que muchos negocios sobrevivieran”.
100 millonesDe lempiras se destinaron para asegurar el abastecimiento de la reserva alimentaria del Estado. |
El también catedrático universitario sostuvo que dependerá de la confianza, el nivel de ingreso del consumidor y la zona geográfica para determinar el nivel de demanda de servicios innovadores como el delivery que no es más que el medio para hacer llegar los productos a los compradores.
Entretanto, el presidente de la Asociación Gastronómica de Honduras, Kenneth Rivera, resaltó que “a medida que fuimos avanzando en las negociaciones con el gobierno para poder reabrir nuestros restaurantes aplicamos protocolos que redujeran drásticamente las probabilidades de que los locales se pudieran convertir en centros de repunte de covid-19, por eso inicialmente solo estuvimos dedicados a servir a domicilio y para llevar”.
El constante compromiso de la industria alimentaria debe ser acompañado por incentivos de la administración pública aún más en tiempos de crisis, insistieron economistas.