L a riqueza cultural, histórica y natural que arropan el sur de nuestro país se respira en un recorrido por Pespire, El Corpus y Goascorán. Las tres comunidades reúnen diferentes escenarios que llevan al visitante a un inolvidable paseo de turismo rural. Pespire, que recibió categoría de municipio en 1794 y título de ciudad el 18 de febrero de 1929, es una de las ciudades más pintorescas del departamento de Choluteca que ha impulsado el turismo y el comercio de la región. El reconocimiento de la comunidad se expande por el territorio nacional por su amplia cosecha del mango pespire, además de la producción de caña de azúcar, granos básicos y hortalizas. Una caminata en este centro urbano puede ser una experiencia muy placentera no solo por tratarse de un lugar tranquilo, sino por la estructura colonial en la que sobresalen sus calles angostas y empedradas, una iglesia con una cúpula única construida en el siglo XIX, una ermita que data desde el siglo XX y donde descansan los restos de importantes personalidades de la época colonial, casas antiguas y frondosos árboles de mango.
Un paseo más al sur
Aunque esté lejos de Pespire, El Corpus, en Choluteca, es una estación de la ruta turística del sur que no puede perderse.
Se trata de uno de los sitios mineros referentes durante toda la época colonial, enclavado en una de las estribaciones de un ramal de la Sierra de Dipilto fue de las pocas zonas mineras de las que se extrajo oro. Su geografía irregular y sus calles angostas y empedradas definen un plano urbano típico minero. Aún existe una serie de construcciones que se remontan a su época de esplendor y son célebres una serie de mitos y leyendas vinculadas a las minas de Clavo Rico.
Mucho más allá, en Valle, está Goascorán, un municipio cuyo nombre proviene de la palabra “uaxcayan”, que significa “casas de guajes”; una especie de leguminosa propia de la zona. Además su nombre se deriva de la fauna que habita en el lugar, un tipo de ave que en su canto refleja claramente la onomatopeya de Goasco, a la que se le agregó la terminación “ran” para formar la palabra Goascorán.
Cuna de dos presidentes de Honduras, Céleo Arias y Policarpo Paz García, el municipio fue fundado en el lugar denominado Playa Grande del Guayabal, hoy Costa de los Amates, en 1686. La comunidad que se levanta con la música de la Banda de Goascorán es cuna de gente humilde y laboriosa.