Nunca finalizaremos un año
sin dibujar sonrisas navideñas a los sitios más golpeados de la capital y el interior del país.
Llevar a Santa Claus, sus ayudantes y obsequios a estos sectores ha sido el regalo de EL HERALDO para los niños de las periferias durante nueve años.
Y el 2013 cierre con el mismo gesto de cambiar un juguete por una sonrisa.