TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El sonido de origen caribeño conocido, como reguetón, marca el ritmo del “reel” que acumula reacciones, desde “likes” y “corazones” hasta mensajes de “hate” como resultado del motociclista que con su pasajera y un “wheelie” se viralizaron en el bulevar Suyapa con maniobras que desafían la gravedad e invitan a la muerte.
Las cifras de motociclistas accidentados, aunque son números fríos y sin alma, son tan reales como el aire que respiramos y certifican que aunque ocupan el tercer lugar de incidencias en cantidad, están en primer lugar en mortalidad.
En total, desde el 2013 a junio del 2024, se contabilizaron 163,444 accidentados, de esa cantidad el 16% (27,084) fueron protagonizados por motocicletas, los pick-ups 20% (33,450) y la mayor cantidad fue de los turismos con 22% (35,468).
Sin embargo, al revisar la cantidad de lesionados y muertos se comprobó que los motociclistas conducen al filo de la navaja porque la fragilidad de las dos ruedas los expone directamente a ser más vulnerables en la carretera.
Análisis de riesgos por accidentes
Los datos revisados por EL HERALDO, revelan contrastes marcados en las probabilidades de morir, salir lesionado o ileso dependiendo del vehículo que se conduzca.
Con base a la cifra de 27,084 accidentados, podemos decir que los motociclistas tienen la mayor tasa de mortalidad y las posibilidades de morir, según las estimaciones de este rotativo, son de un 18%, de sufrir una lesión un 44% y salir ileso un 38%.
Los números demuestran que casi uno de cada cinco accidentes resulta fatal comparado con otros vehículos y por eso las motocicletas tienen la mayor tasa de mortalidad.
Por ejemplo, en el caso de los 35,468 accidentados en vehículos turismo, la probabilidad de morir apenas fue de 1%, la de lesionarse 6%, y el 93% resultaron ilesos.
En contraste con los pick-ups y los 33,450 eventos, al analizar los resultados, las estimaciones de este rotativo indican que la probabilidad de morir en un accidente fue de 5%, de lesionarse 13% y de salir ileso 82%.
Riesgo por falta de espacio para el deporte
EL HERALDO conversó en exclusiva con un miembro de un club de motocicletas especializado en el “stunt”, término que se traduce al español como acrobacias.
El piloto, que solicitó anonimato, explicó que antes de salir de sus casas se encomiendan a Dios y revisan sus motocicletas, asimismo reconoció que las probabilidades de lesiones son mayores en los vehículos de dos ruedas.
Ante la consulta del ¿por qué arriesgan su vida en los bulevares?, explicó que las maniobras “son el resultado de perfeccionar la conducción”.
“No es recomendable hacerlo en la calle porque pueden perjudicar a terceros, estamos claros de los riesgos. Pero hay otra cosa, no tenemos un espacio para practicar el deporte”, mencionó.
El motociclista destacó que en países como Colombia, el deporte “stunt” es legal y hasta tienen un espacio, a diferencia de Honduras, donde solo hay una promesa engavetada en Casa de Gobierno.
“El stunt al igual que el enduro, es un deporte, ya nos mataron a un compañero, protestamos en paz frente a presidencial. Lo practicamos desde enfermeros, ingenieros, licenciados, pero sin espacio lo hacemos en los bulevares”, justificó.
Recomendaciones
Xavier Villeda, gerente de una reconocida marca de motocicletas, consideró que los amantes de las dos ruedas siempre estarán más expuestos por la naturaleza del vehículo.
“Creo que sería grandioso trasladar la autoeducación del cinturón de seguridad al uso de cascos certificados, y no solo usarlo hablo de bien abrochado para reducir la severidad de los accidentes y salvar vidas”, recomendó.
El entrevistado estimó que definir la velocidad que puede provocar una tragedia no es tan fácil porque existen variables a considerar en cada evento.
“Una persona puede morir al caer de una grada, no es la velocidad, es el impacto en el lugar y momento incorrecto, también si es una colisión se considera la velocidad en contra, también los objetos cortopunzantes, impericia, entre otros”, argumentó.
No obstante, con su experiencia como motociclista, invitó a los amantes de las dos ruedas y conductores de otros vehículos, considerar que los rangos de visión se reducen a mayor velocidad y es necesario utilizar los retrovisores, así como las luces direccionales.
“Todo eso permite anticipar, considerar las posibilidades de rebasar. También entra en juego el punto ciego que trae cada espejo retrovisor, los motociclistas tenemos que ubicarnos siempre en un lugar visible a otros conductores”, aconsejó.
Sobre los que realizan acrobacias en las vías públicas, calificó esas acciones como un mal ejemplo, ya que, un motociclista profesional no realizaría esos actos porque generan riesgos.