Abigail Rodríguez es una licenciada en pedagogía egresada de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que con su determinación y esfuerzo ha logrado demostrar que cuando las oportunidades no tocan a su puerta es ella misma quien las crea.
La joven se graduó hace 5 años y, salvo por algunos empleos temporales, no encontró dónde ejercer la carrera que sus padres con tanto esfuerzo costearon, sin embargo, tras pasar muchos momentos de aprietos junto a su pequeña, encontró en la actividad menos pensada su sustento y su pasión.
Abigail confecciona piñatas, decoraciones para eventos, arreglos florales y todo lo que sus clientes, su hija y ella misma puedan soñar. Su trabajo se caracteriza porque sus diseños nunca son iguales a los de la competencia y ahí radica su éxito.
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La joven de 29 años siempre destacó por ser muy creativa y gracias a ello era buscada por sus familiares y amigos para que les ayudara a ornamentar sus fiestas de cumpleaños, bodas y eventos, incluso, todavía recuerda con nostalgia cómo durante su época estudiantil vendía tarjetas junto a una compañera, demostrando desde muy temprana edad su talento y deseo de superación.
Sus seres queridos la motivaban para que se dedicara a la decoración de forma permanente, sin embargo, ella tenía sus reservas y sobre todo dudas que cualquier emprendedor siente al pensar que su proyecto puede fracasar.
Movida por la curiosidad, un día decidió, junto a una amiga, intentar hacer una piñata. Compraron los materiales, se sentaron a la mesa y comenzaron a crear una figura de dinosaurio, el cual según relató entre risas durante una entrevista con EL HERALDO: 'quedó horrible'.
Ese primer intento la desanimó y la hizo pensar que no podría lograrlo, pero meses más tarde, su hija 'Adelita' -como ella la llama cariñosamente- cumpliría años, fue así que teniendo la mejor motivación del mundo decidió retomar el proyecto de construir una piñata de dinosaurio, intentó corregir los errores que cometió la primera vez y para su sorpresa, el resultado fue hermoso.
Estaba tan orgullosa que decidió compartir su invento a través de su cuenta de Facebook y se llevó una sorpresa aún más grande que la anterior: empezó a recibir pedidos para fabricar más piñatas... ese fue el inicio de su gran proyecto.
Sin dinero, pero con fe
Esa era la inyección de confianza que necesitaba, pero lastimosamente cuando su ingenio iba en ascenso, dos baches en su camino la hicieron tambalear, el primero era que no contaba con el dinero para fabricar los modelos que llegaban a su mente y agregado a ello, la pandemia del coronavirus llegó al país, convirtiendo en su epicentro a la ciudad de San Pedro Sula, lugar donde ella reside.Los días pasaron, se acercaba el Día de la Madre, y a pesar de que la crisis sanitaria afecta el bolsillo de los hondureños, la celebración ha sido una tradición en casi todos los hogares.
Abigail no se quedó de brazos cruzados y decidió ponerse manos a la obra, así que con 500 lempiras en su poder, un poco más de apoyo económico de su familia y con la fe puesta en Dios, elaboró vistosos arreglos florales, los cuales fue vendiendo uno a uno hasta lograr recuperar la inversión y obtener la ganancia para continuar con su sueño de tener su piñatería.
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Hoy por hoy, Rodríguez es dueña de 'La piñata bonita', lugar en donde como su nombre lo indica, la calidad está más que garantizada. Y es que la joven pasa horas y hasta días trabajando en cada una de sus creaciones, al punto que asegura que: 'le dedico tal empeño que a veces me sumerjo tanto que extiendo mis jornadas hasta la madrugada con tal de entregar un buen producto. Me gustan las cosas de calidad, si no me gusta como quedó lo vuelvo a hacer, porque no le voy a dar cualquier cosa al cliente'.
Además, afirma que no se arrepiente de ser tan detallista con los diseños que realiza, ya que una de las cosas que más ama de su trabajo es poder ver las sonrisas de satisfacción en los rostros de los agasajados y en los familiares que hacen el esfuerzo de pagar por una fiesta.
'Algo que me encanta es la pasión de los padres por sus hijos, los aman tanto que quieren quedar bien con ellos, les hace ilusión que su hijo vea una piñata de su personaje favorito y se asombre, y no solo eso, sino que el cliente la pide para algo bonito, para la foto, para impresionarlos', comentó emocionada.
Rendirse no es una opción
La sonriente y dinámica joven pretende que al compartir su historia con EL HERALDO pueda servir de ejemplo para los demás hondureños que se encuentran en una situación similar, ya que las cifras de desempleo en Honduras son alarmantes, el último informe de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) detalla que casi 300,000 personas no tenían una oportunidad laboral hasta enero de 2020.Tras la pandemia del covid-19 esa cifra ha incrementado considerablemente, puesto que muchos han sido suspendidos, despedidos o han cerrado sus negocios particulares. VEA TAMBIÉN: Comidas y platillos al alcance de las redes sociales
Ante esa dura situación, Abigail tiene un mensaje alentador, 'Si yo pudiera animar a alguien, inspirarlo, yo le digo que lo haga. Si no tienen alguna destreza, que vayan a comprar algo y se pongan a vender, la idea es ponerse a pensar qué se puede hacer y no quedarse con los brazos cruzados. No se decepcionen, superen los temores. A los jóvenes les digo que busquemos algo complementario a nuestras carreras, preguntándonos qué extra podemos agregarle para crecer', recomendó.
Además, llamó a la población a ser solidaria y apoyar a aquellos que hacen un intento por salir adelante y emprender, principalmente en estos momentos difíciles: 'Todos tenemos un amigo que está vendiendo mascarillas, comida, etc. Por favor, apoyemos', instó la joven.
Por esa misma razón, si usted desea ayudar a esta emprendedora puede hacerlo a través de su página de Facebook 'La piñata bonita' o comunicarse a su teléfono: 9987-7255, el cual siempre estará disponible para responder a sus cotizaciones y pedidos.
Abigail garantiza que sus piñatas además de ser originales y con diseños llamativos, son accesibles para todos los presupuestos. Los precios rondan desde 280 lempiras en adelante y actualmente la joven ha comenzado a realizar entregas fuera de San Pedro Sula, para llevar vida y color a más familias hondureñas.
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