Los informes muestran que estas alteraciones en el sistema cardiovascular ocurren independientemente si el contagio fue grave o si presentó síntomas leves. Lo anterior significa que los pacientes recuperados de covid-19 deben tener cuidado, ya que la recuperación puede ser muy lenta.
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Entre las secuelas que presentan los recuperados están: fatiga severa, dificultad para respirar, dolor en el pecho o palpitaciones frecuentes, que pueden estar relacionados a una alteración del corazón. Se ha observado que personas que logran sobrevivir al virus experimentan hipertensión arterial cuando antes no la padecían, incluso en personas jóvenes, pero aún se desconoce si el daño es irreversible.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cardiopatías son desde hace 20 años la principal causa de mortalidad en todo el mundo. Actualmente, las cardiopatías representan el 16% del total de muertes debidas a todas las causas.
En Honduras se estima que el 66% de todas las muertes se deben a enfermedades no transmisibles, de las cuales un 25% corresponden a causas relacionadas con enfermedades cardiovasculares, tanto cardíacas como cerebrales.
Según especialistas, el principal mal del corazón es la insuficiencia cardíaca, que aumenta la presión a los servicios de salud.
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