El 'doctor' es muy audaz con las palabras. Ofrece solución para todo y asegura que con los baños espirituales que recomienda 'ni el diablo la toca', pero a cambio hay que invertir en 'materiales'.
Lo que desconocía el famoso curandero es que esta vez no eran dos clientes comunes y corrientes, sino reporteras infiltradas de la Unidad Investigativa de EL HERALDO para poner al descubierto la descarada estafa que comete con los más pobres.
Este lugar, disfrazado de clínica naturista, se ubica en el barrio Lempira de Comayagüela y cada martes recibe cientos de visitas de personas.
Por fuera, el local no parece una clínica, es como un apartamento en mal estado. Adentro, una sala pequeña visiblemente descuidada, paredes café y rosadas, un estante metálico con ocho cubículos llenos de “medicina natural” donde se veían frascos de cápsulas verdes, frascos blancos con etiquetas de colores y botellas plásticas llenas de aguas de colores.
A simple vista, llama la atención que el 'médico naturista' es claro con la gente. 'En la medida que usted me vaya dando dinero, yo puedo ayudarle en su caso, hermana', dice sin dudar. Los pacientes de escasos recursos caen con facilidad presos de la desesperación.
Sin embargo, impresiona la habilidad del sujeto para defenderse al ser increpado por las reporteras sobre las estafas que cometen curanderos como él: 'No es lo mismo que usted visite una persona que invierte en materiales'.
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