Tegucigalpa, Honduras
Los capitalinos enviaron a la hoguera los sinsabores que dejó el 2016 con explosivos espectáculos callejeros en los barrios y colonias.
Los tradicionales monigotes ardieron en llamas cuando las agujas del reloj marcaron la medianoche para dar la bienvenida a un esperanzador 2017.
El dragón que ardió en los primeros minutos del 1ero de enero de 2017 estaba elaborado de madera, papel y cartón. Foto y video Estalin Irías
En el kilómetro ocho de la carretera que conduce hacia la zona sur del país, a la altura de Germania, niños, jóvenes y ancianos apreciaron la quema de los tradicionales monigotes, que en esta ocasión adoptó la forma de un dragón elaborado a base de madera, papel y cartón.
En medio del sonido de los cohetes y el singular olor de la pólvora, las familias se dieron el primer abrazo del 2017. Foto y video Estalin Irías
Los capitalinos enviaron a la hoguera los sinsabores que dejó el 2016 con explosivos espectáculos callejeros en los barrios y colonias.
Los tradicionales monigotes ardieron en llamas cuando las agujas del reloj marcaron la medianoche para dar la bienvenida a un esperanzador 2017.
Además: Un hermoso varón, el primer nacido del 2017
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En el kilómetro ocho de la carretera que conduce hacia la zona sur del país, a la altura de Germania, niños, jóvenes y ancianos apreciaron la quema de los tradicionales monigotes, que en esta ocasión adoptó la forma de un dragón elaborado a base de madera, papel y cartón.
El estruendo de los fuegos artificiales confirma que los capitalinos se las ingeniaron para desahogar sus penas y molestias y abrirle así la puerta a las nuevas oportunidades que depara siempre un Año Nuevo.
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