Tegucigalpa, Honduras
El viejo edificio de Casamata, donde operó por décadas el Cuartel General de la Policía, y en donde se planificó la muerte del zar antidrogas, Julián Arístides González, será demolido y en su lugar se convertirá un megaparque.
Lo anterior lo anunció el presidente Juan Orlando Hernández en una entrevista en el programa televisivo 30/30, de Telesistema Hondureño.
“Pronto sacaremos a toda la gente de Casamata, vamos a destruir todos estos edificios y vamos a construir un parque para que todas las personas cercanas de allí puedan beneficiarse”, dijo el gobernante.
“Vamos a destruir por completo las actuales instalaciones de Casamata, la parte física, y vamos a construir un parque para las familias y los vecinos de ese sector, así como el parque de El Picacho o el del Trapiche, el de la Vega o el que existe en Chamelecón ; la gente necesita eso”, añadió Hernández.
Al destruir este vetusto edificio “nos borramos de la historia eso”, expresó refiriéndose a los encuentros de altos oficiales que sellaron el destino de González, quien se desempeñaba como jefe de la Dirección de Lucha contra el Narcotáfico.
EL HERALDO reveló en exclusiva que el informe DGPN-DED2-DI-No. 1101-2009, de la Dirección de Inteligencia Policial, apunta que la cúpula policial planificó en Casa Mata el asesinato de González, hecho que se concretó el 8 de diciembre de 2009.
Historia
El edificio de Casamata sirvió de sede a la Guardia Civil del gobierno liberal de Ramón Villeda Morales y fue testigo mudo de la muerte de decenas de guardias la madrugada del 3 de octubre de 1963 en el marco del golpe de Estado que las Fuerzas Armadas dieron al presidente constitucional.
En la década de los ochenta también fue escenario de múltiples reuniones de los altos mandos militares y policiales que pusieron en práctica la doctrina de la seguridad nacional a través del temible escuadrón 3-16, que capturó y desapareció a decenas de dirigentes populares.
Con esta decisión, explicó el presidente de la República, “nos borramos de la historia eso (lo que ha pasado en el cuartel general).
El 4 de febrero de este año, y aun costo de 141 millones de lempiras, el gobierno construyó un nuevo edificio para la Policía Nacional ubicado donde antes operaba la Academia Policial, en la aldea Ocotal, jurisdicción del Distrito Central. Casamata pasó a ser un hospedaje para policías.
Dijo que en Casamata “el parque se haría rápido, en cuatro a cinco meses” y ante la posibilidad de que lleve el nombre del general Julián Arístides González, sar antidrogas asesinado en 2009, el mandatario expresó que eso está en manos de la comunidad y habría que consultarle al respecto.
Sin embargo, “la mejor distinción que podemos hacerle al general (Arístides González) es que los juzgados, que los tribunales, que el Ministerio Público den con el paradero de quiénes fueron (sus victimarios materiales e intelectuales), hacer justicia y también explicarle al pueblo hondureño de qué madera estaba hecho ese hombre”.
Aparte del parque de Casamata, próximamente será inaugurado otro megaparque en la colonia San Francisco de Comayaguela, dijo Hernández.
Para el mandatario, la sociedad hondureña debe de comenzar a reconocer a estos héroes, y que sean no solamente símbolos, sino referentes para que los miembros de las nuevas generaciones digan: “así quiero ser yo”.
El Presidente destacó la formación de la generación de nuevos policías en Comayagua, La Paz y Tegucigalpa, pero advirtió que el renacer de la nueva Policía debe estar en manos de gente que goce de la confianza del pueblo y del Estado.
El gobernante destacó que la depuración de la policía nacional es un hecho a partir del decreto de emergencia aprobado la semana pasada por el Congreso Nacional.