Tegucigalpa, Honduras
La migración de integrantes de maras y pandillas -así como de otras células delincuenciales- al interior del país obligó a la Secretaría de Seguridad a crear una nueva unidad operativa denominada Policía Rural.
Este éxodo de antisociales desde las grandes ciudades hacia pequeñas aldeas y municipios remotos de Honduras provocó que los índices de violencia y los actos delincuenciales incrementaran paulatinamente en estos sitios.
Es por eso que la estrategia en materia de seguridad está orientada, según las autoridades policiales, a combatir a los generadores de dicha inestabilidad social en los poblados donde hasta hace algunos años todo era tranquilidad.
Aumento de homicidios
El director de la Policía Nacional, comisionado general José David Aguilar Morán, reconoció la tesis de que “en los últimos días los homicidios han migrado para las aldeas y municipios, pero esta Policía estará para trabajar de la mano con las personas del campo”.
La iniciativa ya está siendo implementada en diez departamentos del país, en los que en sus zonas rurales se ha detectado el fenómeno del aumento de actividades ilícitas producidas por pandilleros o personas afines a estos.
Jair Meza, portavoz del despacho de Seguridad, explicó a EL HERALDO que “la Policía Rural está enfocada en las áreas rurales que, según los estudios proporcionados por el Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol), es hacia donde el delito ha migrado”.
Entre los departamentos que presentan esta problemática están Francisco Morazán, Atlántida, Yoro, Comayagua, Choluteca, Copán, Santa Bárbara, Olancho, Colón y Lempira. En todos estos departamentos el alto mando de la Policía Nacional ya designó a los agentes que deberán cumplir el rol de un policía rural. Meza explicó que esta forma de brindar seguridad “se da mediante el fortalecimiento de patrullajes en los lugares que presentan anomalías”.
Más cerca del ciudadano
La nueva táctica tiene un concepto comunitario en el sentido de que se hacen visitas sociales a los colonos de las aldeas y municipios, tratando de que haya una mejor comunión entre autoridades y la población perjudicada, para tener operaciones efectivas. En cada departamento, en las que sus zonas rurales han tenido incrementos de hechos delictivos, se han asignado 20 elementos policiales, haciendo un total de 200 policías rurales.
Desde la Secretaría de Seguridad se dijo que los 200 uniformados están equipados con logística especial y herramientas tecnológicas que les permiten realizar sus operaciones de manera segura.
“Esta unidad se creó desde hace algunos años, pero fue hasta en el mes de marzo del presente año que comenzó a funcionar con más fuerza debido a lo que estamos experimentando en las áreas del interior del país”, detalló Meza.
Los miembros de esta nueva unidad de la Policía Nacional son jóvenes egresados del Instituto Tecnológico Policial (ITP), acompañados de otros agentes de experiencia con pericia en patrullajes rurales.
Quienes están desempeñando estas funciones fueron entrenados por grupos armados especiales de países cooperantes y están adscritos a cada Unidad Departamental de Prevención (Udep) de sus lugares de asignación.
Internamente pertenecen a la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE), de la que también es parte la tropa Tigres.
Aunque el término rural podría dar a entender que los policías deberían vivir en las zonas del interior del país, no es así, sino que están destacados en las Udep y desde allí salen a ejecutar las operaciones cuando sean necesarias.
El director de la Policía, Aguilar Morán, es del criterio de que esta migración de antisociales hacia las zonas rurales se debe al combate que se ha dado a las estructuras criminales en las áreas urbanas. No descartan que la Policía Rural funcione en los 18 departamentos.