TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las lluvias que han caído en el centro, sur y oriente del país han dejado más de un centenar de casas destruidas, así como una serie de derrumbes que han incomunicado a varias regiones.
Un recuento preciso sobre los daños provocados por los aguaceros de los últimos cinco días no existe, sin embargo, EL HERALDO pudo constatar como 44 casas que resultaron afectadas en Siguatepeque. Mientras tanto en la zona oriental, los daños generados por las lluvias se presentan sobre todo en el municipio de Trojes, donde varios derrumbes amenazan comunidades enteras y las quebradas han destruido los vados, incomunicando al municipio con el resto del país.
El viernes, pobladores con apoyo de un grupo de militares trataban de remover los escombros sobre la carretera que comunica a Danlí con Trojes. Para el ingeniero Nelson Palacios, productor de café en ese sector fronterizo con Nicaragua, el desastre en el municipio es producto de la incompetencia de los políticos que han gobernado.
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El actual desastre en esta zona es una extensión de los daños que dejaron las tormentas Eta y Iota en el año 2020. Como el gobierno nunca realizó completamente los trabajos de reconstrucción, ahora el impacto de los daños es mayor, aislando a Trojes y dejando a expensas de los derrumbes a comunidades como Buena Vista, Santa Fe, Planes, El Osnal, entre otras, sostuvo Palacios.
Donde las lluvias han generado menor problema es en la zona sur, donde todavía no se reportan daños materiales en hogares, en la infraestructura vial ni en los cultivos. No obstante, los pobladores de aldeas y caseríos de municipios como Marcovia y otras comunidades de Valle permanecen en alerta ante la crecida del río Choluteca y otros afluentes que desembocan en el Pacífico, dado que el invierno todavía está a mitad de una larga temporada.
En Olancho, varias comunicades se encuentran aisladas producto de la crecida de los ríos.
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