La insuficiencia renal cada día amenaza la vida de más hondureños a pesar de que la prevención de esta enfermedad es simple: mantener una dieta sana y hacer ejercicio.
A diario en el hospital Escuela se diagnostican entre tres a cuatro casos nuevos de insuficiencia renal, una enfermedad que condena a los enfermos a depender por el resto de su vida de una máquina para diálisis.
En Honduras, según estimaciones de la Asociación Nacional de Pacientes Renales, hay cerca de 1,300 pacientes renales que requieren de las tres sesiones diarias de diálisis o hemodiálisis.
Según el doctor Fernando Fajardo, especialista en medicina interna y nefrología, la insuficiencia renal es una enfermedad que puede ser adquirida o hereditaria.
“La causa más frecuente de la insuficiencia renal adquirida es la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, y las causas hereditarias son menos frecuentes, pero la mayoría se presenta en niños”, manifestó Fajardo.
“La diabetes si uno no la controla, si no controla la azúcar, si no controla la presión arterial, pues más adelante la enfermedad va avanzando y empieza alterar el órgano que es el riñón”, comentó.
Sin embargo, no solo las personas que sufren de estas enfermedades crónicas pueden desarrollar insuficiencia, ya que esta afección puede ser causada también por cualquier medicamento que produzca alergia, exposición a metales pesados o algún químico. En estos últimos casos en los que se desarrolla un proceso de falla renal, el paciente puede recuperarse en menos de tres meses, pasado este período la enfermedad se vuelve crónica.
Fajardo explicó que al producirse este daño en los riñones, el cuerpo comienza a perder proteínas, se incrementa la creatinina (nutriente útil para los músculos), la sangre se contamina con las toxinas y se empieza a retener líquidos.
Al llegar a este estado, los pacientes deben ser sometidos por dolorosos y largos procesos que no curan la enfermedad, ya que solo le brindan al pacientes unos años más de vida.
“Cuando la enfermedad se vuelve crónica no hay manera de recuperar ese riñón, lo único que se puede hacer es terapia sustitutiva que puede ser hemodiálisis o diálisis peritonial”, manifestó.
Fajardo señaló que la única forma de evitar estos tratamientos es realizar un trasplante de riñón, sin embargo, en el hospital Escuela al año solo se realizan de siete a ocho trasplantes pese a la gran demanda de pacientes.
En algunos casos el reducido número de operaciones es debido a la falta de un donador de riñón, pero también la falta de medicamento evita que se incremente el número de beneficiados, tal como sucedió durante el 2012 en el hospital Escuela.
Prevención
Para prevenir la insuficiencia renal, tanto la adquirida como la hereditaria, es necesario tomar en cuenta que se debe evitar primero el desarrollo de diabetes e hipertensión.
Según Fajardo, esta puede ser prevenible primero con una vigilancia de la salud en los menores de edad. “Un paciente que llega a insuficiencia renal crónica es una catástrofe del servicio de salud porque si hay prevención”, comentó Fajardo.
“La prevención es desde los niños, ir a las escuelas, hacer exámenes de orina en los que se puede detectar muchas enfermedades desde la niñez que se pueden controlar de una manera más barata que tenerlos en terapia sustitutiva como la hemodiálisis o la diálisis peritonial”, señaló. En segundo lugar, las personas deben mantener una dieta saludable acompañada de ejercicio físico.
“Ya en una persona adulta, el estilo de vida, la dieta, el ejercicio, eso es muy importante, vemos mucha obesidad y esta lleva a alteraciones de la función renal, la obesidad puede llevar a insuficiencia renal también, a alteración en los líquidos, a diabetes”, detalló.
En la dieta diaria, según Fajardo, es necesario evitar el consumo de carnes rojas, carne de cerdo, vísceras, alimentos enlatados, condimentos como la sal en exceso y bebidas carbonatadas.
Un mejor alimento puede ser las carnes blancas como el pollo o pescado, vegetales, frutas y cumplir con el consumo de ocho vasos de agua diariamente.
