Tegucigalpa, Honduras
En 1885, Atanacio Rodolfo Romero, bisabuelo de la familia Rodríguez-Romero, compró grandes parcelas de tierra en la región de Capucas, en Copán, y comenzó el cultivo de tabaco y un poco de café para su consumo privado.
75 años después, su hijo Atanacio Rodolfo Romero, en un viaje a Costa Rica, se enteró de las mejores prácticas para producir café de alta calidad y a su regreso cambió de cultivo de tabaco al de café, y sentó las bases para Capucas para convertirse en una de las plantaciones de café más destacadas en Honduras. En 1999, Omar Rodríguez Interiano, con 55 socios, fundó la Cooperativa Cafetalera Capucas Limitada (Cocafcal), Café Capucas.
La longeva empresa trascendió las fronteras cuando José Omar Rodríguez Romero asumió el cargo de gerencia. “Omar”, para sus amigos, se hizo cargo de Cocafcal en 2004 y se dedicó a la expansión en el trabajo de su padre con su propia visión.
Hoy cuentan con más de 850 socios y millonarias exportaciones. Son los creadores del proyecto de cafés especiales “Te van a conocer compa” y recientemente una de sus colaboradoras, María Portillo, ganó el premio nacional de baristas.
Innovación y genialidad
Omar Rodríguez desarrolló varias iniciativas nuevas, incluyendo la producción de café de alta calidad, la plantación de una variedad de plantas de café arábica, el uso de secadores solares para procesar los granos de café, la promoción de micro-lote de café, y están en proceso de nuevas certificaciones del café de la cooperativa. La cooperativa mantiene ahora ocho certificaciones (Comercio Justo, Rainforest Alliance, orgánicos, Starbucks, UTZ Certified, pájaro amistoso, Naturland y JAS).
Recuerda que la primera vez que se hizo cargo de la cooperativa había 55 miembros locales, y se lograron unos 20,000 sacos de café. Bajo la dirección de Omar, la cooperativa procesó unos 170,000 sacos en la cosecha 2013-2014 para la exportación a 10 países.
Su labor ha sido reconocida local e internacionalmente, al ayudar a sus socios a diversificar sus ingresos. Rodríguez, señala la organización Heifer International ayudó a iniciar proyectos auxiliares, como la miel orgánica, frutas y verduras para la exportación, el secado de la fruta y el desarrollo de fertilizante orgánico para maximizar la producción agrícola al tiempo que mejora el medio ambiente.
También impulsa programas para renovar las granjas, la producción de madera y árboles ornamentales. La cooperativa también ha proporcionado becas universitarias y talleres de formación en informática para la comunidad, así como la financiación de las brigadas médicas locales y la residencia de un médico. Ellos ayudan a los grupos de mujeres a crear sus propias empresas a través de la cooperativa, y también apoyan el turismo en la región.
No por nada el CEO de Heifer International, Pierre Ferrari, lo destacó en su cuenta de la nueva red social del creador de Twitter, medium.com, como los genios que transforman el mundo.
Inspiración familiar
Nació en Copán, pero estudió en la capital, donde se concentró en aprender sobre técnicas de comercialización para encontrarle compradores al café cultivado en su zona. “En ese momento teníamos un mercado, pero era local”, explicaba Omar, en una visita a su cooperativa.
Destaca que el trabajo de su abuelo lo inspiró. “Él inició las primeras plantaciones de café con dos granos, cuatro semillas. Tiempo después llegó a tener hasta 10 manzanas”, nos contaba Omar, al recordar lo difícil que era en esa época convencer a los productores de que creyeran en el futuro. “Muchos de ellos querían vender las tierras, pero mi abuelo logró convencerles de que fueran pacientes y plantaran café”.
Hoy, en esta zona se encuentra una de las cooperativas de café más conocidas del país, no solo por la calidad de su producto sino por su capacidad de exportación. El café de Capucas se consume en Alemania, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Suiza, Italia y EE UU. Siempre en forma de café especial a tostadores que valoran su calidad y el hecho de estar producido por pequeños productores rurales.
El éxito de Capucas representa para nosotros la apuesta y tenacidad de un equipo de personas, pero también el éxito del proyecto de Competitividad Rural (Comrural), una iniciativa del Gobierno de Honduras apoyada por el Banco Mundial, que busca aumentar la productividad y competitividad de pequeños productores rurales organizados.
El secreto del proyecto está en la existencia de alianzas, con tres sectores clave: organismos financieros, compradores y asesores técnicos. De esta forma, las organizaciones de productores rurales se aseguran desde el principio de tener instituciones financieras privadas que les prestan el dinero para sus inversiones, socios comerciales que adquirirán su producto y aliados técnicos que les apoyen en el campo en aspectos como el tratamiento de enfermedades tan complicadas como la roya.
Nacido en 2008 con un crédito de $23 millones, el proyecto ha logrado beneficios para 7.035 familias que trabajen en rubros tan diferentes como las hortalizas, los lácteos, las frutas o la miel. A muchos de ellos, Comrural les ha permitido mejorar sus condiciones de vida por el hecho de asociarse en organizaciones, lo cual a su vez les permite lograr mejores precios para sus productos y encontrar nuevos mercados. Pero además, el proyecto ha logrado beneficios para el país, a través de resultados como los siguientes:
Incremento de la productividad y competitividad nacional. En la cadena de cafés especiales, que constituye el 65% de la cartera del proyecto, la productividad se duplicó, pasó de 11.11 quintales de pergamino seco por manzana en 2012 a 23.81 quintales actuales para 2014. Aumentó el empleo, los ingresos para productores y tributarios, además de la generación de divisas.
En 1885, Atanacio Rodolfo Romero, bisabuelo de la familia Rodríguez-Romero, compró grandes parcelas de tierra en la región de Capucas, en Copán, y comenzó el cultivo de tabaco y un poco de café para su consumo privado.
75 años después, su hijo Atanacio Rodolfo Romero, en un viaje a Costa Rica, se enteró de las mejores prácticas para producir café de alta calidad y a su regreso cambió de cultivo de tabaco al de café, y sentó las bases para Capucas para convertirse en una de las plantaciones de café más destacadas en Honduras. En 1999, Omar Rodríguez Interiano, con 55 socios, fundó la Cooperativa Cafetalera Capucas Limitada (Cocafcal), Café Capucas.
La longeva empresa trascendió las fronteras cuando José Omar Rodríguez Romero asumió el cargo de gerencia. “Omar”, para sus amigos, se hizo cargo de Cocafcal en 2004 y se dedicó a la expansión en el trabajo de su padre con su propia visión.
Hoy cuentan con más de 850 socios y millonarias exportaciones. Son los creadores del proyecto de cafés especiales “Te van a conocer compa” y recientemente una de sus colaboradoras, María Portillo, ganó el premio nacional de baristas.
Innovación y genialidad
Omar Rodríguez desarrolló varias iniciativas nuevas, incluyendo la producción de café de alta calidad, la plantación de una variedad de plantas de café arábica, el uso de secadores solares para procesar los granos de café, la promoción de micro-lote de café, y están en proceso de nuevas certificaciones del café de la cooperativa. La cooperativa mantiene ahora ocho certificaciones (Comercio Justo, Rainforest Alliance, orgánicos, Starbucks, UTZ Certified, pájaro amistoso, Naturland y JAS).
Recuerda que la primera vez que se hizo cargo de la cooperativa había 55 miembros locales, y se lograron unos 20,000 sacos de café. Bajo la dirección de Omar, la cooperativa procesó unos 170,000 sacos en la cosecha 2013-2014 para la exportación a 10 países.
Su labor ha sido reconocida local e internacionalmente, al ayudar a sus socios a diversificar sus ingresos. Rodríguez, señala la organización Heifer International ayudó a iniciar proyectos auxiliares, como la miel orgánica, frutas y verduras para la exportación, el secado de la fruta y el desarrollo de fertilizante orgánico para maximizar la producción agrícola al tiempo que mejora el medio ambiente.
También impulsa programas para renovar las granjas, la producción de madera y árboles ornamentales. La cooperativa también ha proporcionado becas universitarias y talleres de formación en informática para la comunidad, así como la financiación de las brigadas médicas locales y la residencia de un médico. Ellos ayudan a los grupos de mujeres a crear sus propias empresas a través de la cooperativa, y también apoyan el turismo en la región.
No por nada el CEO de Heifer International, Pierre Ferrari, lo destacó en su cuenta de la nueva red social del creador de Twitter, medium.com, como los genios que transforman el mundo.
Inspiración familiar
Nació en Copán, pero estudió en la capital, donde se concentró en aprender sobre técnicas de comercialización para encontrarle compradores al café cultivado en su zona. “En ese momento teníamos un mercado, pero era local”, explicaba Omar, en una visita a su cooperativa.
Destaca que el trabajo de su abuelo lo inspiró. “Él inició las primeras plantaciones de café con dos granos, cuatro semillas. Tiempo después llegó a tener hasta 10 manzanas”, nos contaba Omar, al recordar lo difícil que era en esa época convencer a los productores de que creyeran en el futuro. “Muchos de ellos querían vender las tierras, pero mi abuelo logró convencerles de que fueran pacientes y plantaran café”.
Hoy, en esta zona se encuentra una de las cooperativas de café más conocidas del país, no solo por la calidad de su producto sino por su capacidad de exportación. El café de Capucas se consume en Alemania, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Suiza, Italia y EE UU. Siempre en forma de café especial a tostadores que valoran su calidad y el hecho de estar producido por pequeños productores rurales.
El éxito de Capucas representa para nosotros la apuesta y tenacidad de un equipo de personas, pero también el éxito del proyecto de Competitividad Rural (Comrural), una iniciativa del Gobierno de Honduras apoyada por el Banco Mundial, que busca aumentar la productividad y competitividad de pequeños productores rurales organizados.
El secreto del proyecto está en la existencia de alianzas, con tres sectores clave: organismos financieros, compradores y asesores técnicos. De esta forma, las organizaciones de productores rurales se aseguran desde el principio de tener instituciones financieras privadas que les prestan el dinero para sus inversiones, socios comerciales que adquirirán su producto y aliados técnicos que les apoyen en el campo en aspectos como el tratamiento de enfermedades tan complicadas como la roya.
Nacido en 2008 con un crédito de $23 millones, el proyecto ha logrado beneficios para 7.035 familias que trabajen en rubros tan diferentes como las hortalizas, los lácteos, las frutas o la miel. A muchos de ellos, Comrural les ha permitido mejorar sus condiciones de vida por el hecho de asociarse en organizaciones, lo cual a su vez les permite lograr mejores precios para sus productos y encontrar nuevos mercados. Pero además, el proyecto ha logrado beneficios para el país, a través de resultados como los siguientes:
Incremento de la productividad y competitividad nacional. En la cadena de cafés especiales, que constituye el 65% de la cartera del proyecto, la productividad se duplicó, pasó de 11.11 quintales de pergamino seco por manzana en 2012 a 23.81 quintales actuales para 2014. Aumentó el empleo, los ingresos para productores y tributarios, además de la generación de divisas.