tegucigalpa
“¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?”, se escuchó en el Santo Sepulcro hace más de dos mil años.
Hoy, la Resurrección de Jesús es una alegría auténtica, basada en la certeza de que aquel que se levantó de entre los muertos ya no morirá. ¡Vive eternamente!
Después de un ciclo de conferencias que serán impartidas en Tegucigalpa y en San Pedro Sula por el profesor italiano Bruno Barberis y el doctor holandés Petrus Soons, los cristianos hondureños constatarán que la imagen que se observa en la denominada Sábana Santa no es más que la de aquel que dio su vida por la salvación de la humanidad.
Ayer, en el atrio de la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, se dieron a conocer los detalles de un evento catalogado como único y sin precedentes en la historia de la Iglesia Universal.
En esta ocasión los hondureños se convertirán en el pueblo escogido para apreciar y conocer la réplica exacta de la Sábana Santa.
El Manto de Turín, como también se le ha llamado a lo largo de la historia, se ha convertido en la reliquia más impresionante del cristianismo. Es un lienzo de lino, tejido en forma de espiga, con una longitud de 4.42 metros y con una anchura de 1.13 metros.
En ella se encuentra la prueba fehaciente de los misterios que envuelven la Pasión, Muerte y, en especial, la Resurrección del Hijo de Dios.
En esa Sábana Sagrada quedaron plasmadas las evidencias de la flagelación y los traumas físicos que recibió el crucificado en el cumplimiento de su condena de muerte.
La buena nueva fue dada a conocer en una conferencia de prensa a la que asistieron el rector de la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, Carlo Magno Núñez; el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan ángel López; y el coordinador del comité organizador de la exposición, Jorge Canahuati Larach, presidente de Grupo OPSA.
En este evento se explicó a la prensa nacional el significado para el cristianismo y el valor ecuménico que este acontecimiento tiene para el país.
Carlo Magno Núñez explicó que será una exposición gratuita, de tipo científico-religioso, abierta a todo público, a todos los cristianos, a todas las religiones, ya que la Sábana Santa es prueba de la Resurrección del redentor del mundo.
Además del Manto de Turín, la exposición viene acompañada de otros objetos sagrados como la corona de espinas que ciñó la cabeza de Nuestro Señor Jesucristo, los clavos, un látigo, perfumes y ungüentos para embalsamar.
“Traer una réplica de la Sábana Santa y que se quede en Honduras son palabras mayores en el sentido de que no a todo el mundo le conceden ese privilegio, porque es algo muy sagrado pues es una reliquia que la iglesia conserva con mucho celo, pues son pruebas de que el Señor Jesucristo estuvo envuelto en ella”, expresó el rector de la basílica.
Acto de fe
Por su parte, Canahuati Larach, presidente del Grupo OPSA y coordinador del comité organizador, comentó que “estar frente a ese lienzo es un acto de fe, es un acto que uno tiene que creer en el Señor y en la Resurrección”.
“Hemos podido integrar dos comités porque es una comisión importante, uno en Tegucigalpa y otro en San Pedro Sula, hemos tenido el apoyo de muchas compañías y personas que han podido hacer real esto, es un proyecto importante”, explicó.
Igualmente pidió apoyo de los medios de comunicación para poder hacer un llamado a la población e “inviten y motiven al pueblo hondureño porque creo yo que es una experiencia extraordinaria que se está montando, una oportunidad para poder conocer sobre los estudios científicos de la reliquia más estudiada de la Iglesia Católica y seguramente en el mundo”.
Testigos
Por su parte el sacerdote Juan ángel López, experto en historia eclesiástica, al referirse a la Sábana Sagrada explicó que desde los primeros siglos se ha criticado a la Iglesia Católica de que no hay ninguna prueba de que Jesucristo, primero, existió o murió como lo relatan los Evangelios y mucho menos que resucitó.
“La gran prueba de la Resurrección es el testimonio de los apóstoles que quedaron plasmados en los libros que conocemos como Nuevo Testamento. La verdad que la Sábana Santa, la Síndone, como se le conoce, es la prueba real de que efectivamente Cristo murió y resucitó”, señaló López.
Detalló que en la Síndone están reflejadas muestras propias de la Pasión de Jesús. Explicó que en el Manto Sagrado hay 54 muestras distintas de polen de las que 23 de ellas solamente existen en Tierra Santa. Ese polen no está en ninguna otra parte de Europa, dijo, para luego continuar exponiendo sobre las pruebas que presenta la pieza.
Agregó: “Todo eso está perfectamente demostrado en esa sábana... ‘¿quién es el Hombre de la Sábana?’ contestémoslo, la fe nos lo dice: es el Señor Jesús”