Cuando se tiene un sueño, no hay nada que lo detenga. Entre chinolas (pastas de lustre), cepillos y distintos clientes cada día, Johny Javier Lemus Márquez más que lustrar zapatos, le saca brillo a su futuro.
Este joven originario de Sabá, Colón (en el atlántico hondureño), que migró a la capital siendo aún un niño, hoy a sus 25 años ha tenido que abrirse camino por su cuenta para poder salir adelante y no conformarse con lo que la vida le dio.
Con el apoyo de sus padres, logró terminar sus estudios secundarios y graduarse de perito mercantil y contador público en el colegio Juan Ramón Molina de la colonia capitalina San Miguel. Lleno de ilusiones como todo joven que recién se gradúa salió al 'duro' mercado laboral a buscar su primer empleo.
Pasaba el tiempo, 'un año aproximadamente', confiesa, y nada encontró, pero lejos de frustarse o darse por vencido al no hallar trabajo como contador, este joven emprendedor aceptó el reto y comenzó a laborar en lo que se podía: Lustrar zapatos. Tras andar varios años brindando su servicio en las calles de la capital, oficio que sorteaba con sus clases en la Administración de Empresas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), un día Johny logró conseguir un lugar fijo donde continuar con esta faena.
Johny, Jorge y Javier: 'Las jotas del esfuerzo'
Desde 2009, Johny Lemus atiende un negocio de lustrabotas en Mall Multiplaza, uno de los más grandes centros comerciales de Tegucigalpa.
Su responsabilidad en el trabajo lo llevó a poder colocar en el mismo a su hermano menor y a su primo, a quienes no solo apoya sino que también inspiró y hoy le siguen los pasos. Ambos estudian también en la UNAH y trabajan en el negocio denonimado 'El Lustre'.
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Johny, junto con su hermano menor Jorge y su primo Javier, de 24 y 21 años respectivamente, se turnan en el empleo para poder cursar sus clases, hacer las tareas y a la vez brindar un buen servicio a sus asiduos clientes, que por cierto esperan sean más.
Los futuros ingeniero en Sistemas y en Banca y Finanzas participan con Johny en el negocio de 'darle vida' a los zapatos desde hace ya buen tiempo.
No importa si son de marca, tampoco de gran valor, lo que sí tiene claro es que de aquí se sale con un brillo desde los pies hasta la cabeza. Sin importar la época del año, por tan solo poco más de 30 lempiras con sonrisa incluida. Incluso, hay clientes leales, que solo llegan a este gran comercio con el fin de limpiar sus zapatos.
Cada día atienden en promedio unos 30 o 40 clientes -una veces menos, otras más-, lo importante es que cumplen con su empleador y también con sus exigencias académicas.
Los tres jóvenes también reciben halagos de sus clientes quienes aseguran que 'su servicio es excelente', y que incluso en ocasiones 'vengo hasta este mall únicamente para que me lustren los zapatos, ya que siempre están disponibles y hacen bien su trabajo', nos comentó uno de los clientes regulares, que no quiso revelar su nombre.
Un universitario con visión de emprendedor
Cuando le consultamos a Johny si al lustrarle los zapatos a sus clientes -muchos de ellos importantes empresarios-, se ha imaginado estar administrándoles sus empresas, con mucha seguridad nos respondió 'más que administrar empresas a otros me veo en mi propio negocio', sueña con derechos y objetivos claros.
Y es que las aspiraciones de Johny van más allá de un título universitario, pues él es emprendedor y dentro de sus sueños está constituir una empresa junto a su hermano y su primo, para ello se ha estado preparado extracurricularmente a través de diversos cursos que ha aprovechando en el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop): 'He aprovechando muy bien mi tiempo'.
Sin duda, Johny es un ejemplo de los miles de jóvenes en Honduras que le apuestan al estudio como medio de superación personal.
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Actualmente, el universitario cursa uno de sus últimos años en la UNAH, y en el primer período de 2017 terminará sus clases. 'Mi reto ahora es poner mi negocio. Ese es mi sueño', revela.
Sin embargo, el joven reconoce que se requiere de capital semilla para lograrlo, por ello le envía un mensaje al presidente de la República, Juan Orlando Hernández: 'quiero decirle que se acerque a conocer más casos así como el mío, los jóvenes queremos salir adelante, tengo muchos compañeros que también con mucho sacrificio y esfuerzo están estudiando'.
'Lo invito a que nos visite aquí en mi trabajo, me gustaría conocerlo y que mientras le limpie sus zapatos él me escuche para plantearle mis proyectos, que son los mismos de todos los jóvenes hondureños que queremos un mejor país'.
Además se extendió que 'los jóvenes debemos aprovechar el tiempo, ya que a la larga es para beneficio cuando vemos los resultados. Me da mucho pesar como muchos jóvenes se pierden y no aprovechan el tiempo'.
A criterio de Lemus, ahí es donde el gobierno debe incentivar más al joven a estudiar, aunque no solo es tarea del gobierno sino también de los padres y de los mismos interesados.
Concluye la entrevista diciéndonos que espera la visita del mandatario.
Jóvenes que rompen tendencias
Actualmente, en Honduras existen 800,000 jóvenes entre 14 y 30 años que no estudian ni trabajan, que son los llamado 'ni-nis' en Latinoamérica.
De acuerdo al último informe del Estado de la Región en Desarrollo Humano Sostenible, seis de cada 10 de estos jóvenes “ni-nis' (ni trabajan ni estudian) habitan en el área rural y los restantes cuatro en las áreas urbanas.
Este dato preocupa más cuando se recuerda que Honduras es un país con una población muy joven, ya que siete de cada 10 hondureños son menores de 30 años, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Por lo que la población joven que sí quiere trabajar o estudiar, como es el caso de Johny Lemus, merece todo el apoyo.
Aunque claro, demostrado queda con Johny que no hay excusas para ser un 'ni-ni', o mejor aún un 'ni-ni' tambien puede ser positivo: 'ni miedo, ni pereza'.