TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Como si fuera poco el embate de la criminalidad en el país, con más de ocho muertes violentas a diario; las familias se están matando entre sí, muchas veces por frivolidades.
La decadencia de los valores en las sociedades y en específico la de Honduras, denota una preocupante situación en temas como el amor y el respeto por la vida de sus deudos.
De acuerdo a los estudios realizados por el Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) -en sus cifras preliminares-, desde el 1 de enero hasta el 3 de abril del presente año se registraron nueve parricidios en Honduras.
Esto denota una muerte violenta de un hondureño cada diez días, a manos de sus propios parientes o familiares cercanos en sus grados de consanguinidad o afinidad.
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Es preocupante, según el OV
Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio Nacional de la Violencia, expresó que “se vuelve una preocupación el hecho de que en el entorno familiar se esté quitando la vida a un hermano, a un padre, a una madre; y eso es lamentable por que son temas de convivencia y de relaciones interpersonales”.
De los nueve decesos violentos, cuatro fueron contra mujeres en medio de lo que se conoce como violencia doméstica o de parejas, fallecidas a manos de sus compañeros de hogar.
El último y más reciente caso se produjo el miércoles 3 de abril en la aldea El Carril, del municipio de Olanchito, en el departamento de Yoro.
Doña María Fernanda López (48) expiró en el Hospital Anibal Murillo, de Olanchito, luego de ser atacada a machetazos por su cónyuge de nombre Carlos Roberto Mejía Reyes (50).
“Que haya nueve casos en este año se vuelve una preocupación; generalmente en las familias hay muchos problemas pero no siempre se llegan a una muerte violenta”, explicó Ayestas.
CasosEn la aldea Las Delicias, en el municipio de Santiago de Puringla, La Paz, Virgilio Turcios Argueta y su hermano José Oswaldo se mataron a disparos la noche del domingo 31 de marzo, por problemas personales. |
Según los análisis del OV-UNAH, esta situación de violencia extrema tiene que ver con la convivencia; en sobre como las familias le están enseñando a sus generaciones a resolver los conflictos internos.
Además, con las aptitudes violentas que los hijos o demás miembros van aprendiendo en la calle y se vienen a reforzar y desarrollar en la casa.
De igual manera, “muchos de los casos de parricidios se derivan de las ambiciones que tengan padres e hijos, en relación a herencias o temas económicos”, argumentó la experta.
Solo en los primeros cuatro días de la semana anterior se registraron igual número de parricidios en distintos puntos del país y entre parentescos distintos. El poco inculcamiento de valores morales en las actuales generaciones ha provocado un desenlace de hechos violentos entre familiares, manifiestan miembros de distintas religiones.
