Tegucigalpa, Honduras.- La niñez y adolescencia son uno de los grupos más vulnerables frente a los diferentes tipos de violencia que se registran en el país.
En los últimos, años este grupo poblacional se ha convertido en las principales víctimas de ese flagelo; de acuerdo al Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) el 5% de las muertes violentas que se reportan en el territorio son en menores de 18 años.
Hasta septiembre de este año, las organizaciones defensoras de los derechos de la niñez registraban la muerte de forma violenta de 78 niños, niñas y adolescentes (NNA) menores de 18 años.
Entre esa lamentable cifra resaltan los casos de William Omar Bonilla y Dennis Alonzo Martínez, ambos de 15 años a quienes desconocidos les arrebataron la vida en diferentes hechos.
El pasado mes de junio, el cuerpo del menor William Omar Bonilla fue encontrado por su familia a tres cuadras de su vivienda, en la aldea La Sarrosa en el municipio de El Progreso, Yoro. El adolescente que tenía una discapacidad, fue hallado con señales de abuso y un lazo en su cuello.
Tres meses después, Dennis Martínez fue asesinado de varios impactos de bala, luego de ser raptado por desconocidos; su cuerpo fue encontrado en la colonia Villa Cristina en la capital.
Los crímenes contra los menores ponen en evidencia la falta de políticas de protección que hay de parte del Estado para garantizar a esta población sus derechos, arguyen expertos entrevistados por EL HERALDO.
“No hay un enfoque para protegerlos no solo de muertes, hablamos también de abuso infantil, laboral, trata. Prácticamente al gobierno no le interesan los menores de edad ni lo ancianos, hay un absoluto abandono”, cuestionó el criminólogo Wilfredo Ruiz.
Para Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH, cuando se asesina a un menor se esta afectando al principal capital social que tiene Honduras para su desarrollo.
Asimismo, se está enviando un mensaje a las futuras generaciones que la violencia es normal para resolver los conflictos.
“El problema de la violencia es que cuando les afecta a los niños, ellos pueden aprender que eso es una forma válida de resolver conflictos y lo van a desarrollar en su futura relación. Pero también cuando son víctimas fatales de homicidios, lo que estamos afectando es al país porque estamos afectando el principal capital social que tiene Honduras”, sostuvo.
Ambos entrevistados coinciden que mientras no exista un plan por parte del Estado para garantizar la protección de los menores la violencia seguirá enlutando a las familias hondureñas.
“Si no hay atención del Estado para afrontarla, difícilmente vamos a dejar de ser un país violento porque se va a reproducir el mal”, enfatizó Ayestas.
Registros
Del 1 de enero de 2022 al 30 de septiembre de 2024, la Red Coiproden registró la muerte violenta de 1,773 personas de entre 0 y 30 años; de estas, una quinta parte fueron menores de 18 años (355).
En 2022, Coiproden contabilizó la muerte violenta de 139 menores. Para 2023, la cifra tuvo un mínimo cambio, con 138 víctimas, mientras que en los primeros nueve meses de 2024, los hechos violentos dejaron 38 menores asesinados.
Es decir, en promedio, son 11 menores de 18 años los que han muerto de forma violenta cada mes.
Wilmer Vásquez, director de Coiproden, reconoció que hay una leve reducción de las muertes violentas. Sin embargo, la cifra sigue siendo alarmante.
“Esos datos son de mucha preocupación, porque a pesar de los esfuerzos que se están haciendo por parte del Gobierno para fortalecer la seguridad ciudadana y reducir toda forma de violencia, no vemos que haya una reducción tan significativa”, sostuvo.
Vásquez apuntó que la niñez y la juventud siguen siendo uno de los sectores más atacados por la viola.
“En estos últimos tres años hemos tenido un promedio de 50 a 60 muertes violentas mensuales de personas de entre 0 y 30 años en el país, siendo los departamentos de Francisco Morazán, Cortés y Olancho los más violentos. Esa violencia ha persistido hacia la niñez y la juventud”, agregó.
El defensor de la niñez recordó que existe una política enfocada en la prevención de la violencia hacia la niñez y la juventud, aprobada en 2013; pero, no se ha logrado avanzar en su ejecución debido a la falta de recursos para desarrollar las estrategias.
Desplazamiento de menores
Los niveles de violencia a los que se ven expuestos los menores hondureños han obligado a muchas familias a huir de sus hogares y comenzar una nueva vida, ya sea dentro o fuera del territorio.
En 2023, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) atendió alrededor de 1,200 quejas en las que niños y niñas son mencionados como personas en riesgo y víctimas de desplazamiento.
Las quejas del Conadeh sustentan la grave situación de reclutamiento, uso y vinculación forzada que sufren niñas, niños y adolescentes por parte de grupos criminales organizados en Honduras, según revela el estudio “La Tarea Pendiente”, elaborado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Coalición contra la vinculación de niñas, niños y jóvenes al conflicto armado en Colombia (COALICO).
Según el estudio muchas niñas, niños y adolescentes son obligados, mediante el uso de la violencia, coacción e intimidación, a realizar actividades en beneficio de grupos criminales como maras y pandillas.
Aunque se desconoce cuántos menores salen del país anualmente, las cifras de niños hondureños migrantes retornados evidencian la situación; cada año son entre 12,000 a 15,000 niños y niñas que retornan al país.
En los tres últimos años unos 29,300 menores han retornado al territorio, estiman las organizaciones defensoras de la niñez.
Fortalecer la protección de los menores
Los defensores de niños, niñas y adolescentes expresaron que es urgente que el Estado fortalezca y garantice la protección a los menores.
En el país existe el Sistema para garantizar derechos a los niño Sistema Integral de Garantía de Derechos de Niños y Niñas en Honduras, sin embargo, necesita ser fortalecido, opinó Óscar Paz, gerente nacional del programa técnico de prevención de violencia, de Visión Mundial Honduras.
“Necesitamos trabajar de una manera integral para la protección de los niños e ir disminuyendo la violencia que los afecta; esto solo lo vamos a lograr promoviendo una cultura de paz, de convivencia, de resolución de una manera pacífica y distinta los conflictos que se presenten en el hogar, en la escuela, en la comunidad y por ende también en el país. Promoviendo una cultura de paz vamos a poder establecer realmente una línea libre de violencia”, apuntó.