Valle de Ángeles, Honduras
Una escena de dolor y consternación que se repite a menudo se vivió el martes en el centro comunal del turístico Valle de Ángeles.
Los féretros de los dos jóvenes estudiantes Kevin Adonay Rodríguez Arévalo y Sergio Raimundo Fúnez González, ambos de 17 años, ultimados la tarde del lunes, fueron velados ante la presencia de familiares, amigos y sus compañeros de colegio.
Los dos adolescentes eran estudiantes del Instituto Héctro V. Medina de ese término municipal y cursaban el primer año de diversificado.
En el caso de Sergio estudiaba bachillerato en informática y, según sus parientes más cercanos, en horas de la tarde le ayudaba a vender a una tía paterna en el negocio donde precisamente fue ultimado.
Además, manifestaron que residía en la aldea Las Cañadas, donde era muy querido y nunca había tenido algún problema con los vecinos, mucho menos por circundarías ilícitas.
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Amigos
Mientras tanto Kevin era alumno del primer año de bachillerato en electricidad y también asistía en la jornada matutina.
Esa fatídica tarde el joven estaba junto a su madre tomándose un refresco cuando ingresaron los malvivientes a disparar directo contra él y contra su amigo.
Los parientes contaron que tenía su domicilio en el sector conocido como La Sucia, a unos metros del centro de Valle de ángeles, y al igual que Sergio no se metía con nadie y solo asistía al colegio como todo estudiante.
Además de estudiar, en sus ratos libres desempañaba labores como ayudante de albañilería, pero era algo ocasional.
Las tumbas de los dos amigos fueron cavadas a unos 50 metros una de otra en el cementerio general de Valle de Ángeles, donde fueron sepultados la tarde del martes.