Tegucigalpa, Honduras
Propios y extraños que por décadas disfrutaron de la vida pacífica del pintoresco y turístico municipio de Valle de Ángeles ven extrañados cómo en menos de tres meses se registraron siete muertes violentas en esa jurisdicción.
A pesar de estos hechos recurrentes de violencia, sus pobladores se reúsan a creer que la tranquilidad acogedora que caracteriza a este poblado haya llegado a su fin.
Algunos colonos consideran que las muertes recientes son producto de la ola de criminalidad que abate gran parte del país, pero que no debería de afincarse entre su gente, acostumbrada al buen vivir.
Autoridades municipales
Aun con lo ocurrido y las dos muertes registradas el pasado lunes, en pleno centro de Valle de Ángeles, sus autoridades edilicias aseguran que tienen el control en cuanto a la seguridad de la población.
“Valle de Ángeles ha sido un lugar tranquilo, sin embargo, los fines de semana es muy concurrido, con los habitantes de aquí no tenemos ningún problema”, manifiesta la vicealcaldesa Mirian Ponce.
La seguridad es tal que ni el flagelo de la extorsión que mortifica a tantos comercios en las distintas ciudades y municipios ha tocado las puertas del hospitalario valle.
“Nosotros viajamos hace unos años al municipio de Panchimalco, El Salvador, donde utilizaron un modelo de seguridad para combatir la extorsión, lo implementamos aquí y nos ha funcionado”, aseguró la funcionaria municipal.
Pero si no es la extorsión, la problemática de las muertes violentas debería de tener una génesis.
Según el clase I de Policía, Jairo Reyes, jefe municipal de la Policía Preventiva de Valle de Ángeles, “la información que tenemos es que la mayoría de las muertes se han dado por el pleito de territorios para la venta de droga entre varias bandas”, aseveró.
“Se ha complicado un poco la cosa por los muertos que se han dado principalmente este mes, pero se está trabajando para poder dar una respuesta a estos casos que se han vencido dando”, dijo Reyes.
En cuanto a la cantidad de elementos policiales asignados a dicha jurisdicción municipal, el ente policial cuenta con 13 uniformados para brindar seguridad al casco urbano y las siete aldeas que lo conforman.
Los más afectados
Tras la pérdida de vidas humanas, consecuentemente a esto el golpe más fuerte que podrían recibir los pobladores de este rincón artesanal es la merma en el flujo de turistas, lo que se constituye en el principal ingreso de sus moradores.
“Hemos presumido de buen clima, buen acceso por vía terrestre, calidad de servicio y además es seguro; pero creo que esa es delincuencia común, ya que no hemos sido extorsionados”, reconoce la propietaria de un hotel de la zona.
La pequeña empresaria argumentó que “hay preocupación, una noticia como la de ayer (lunes) ahuyenta la visita de las personas y más que ahorita viene la temporada alta”, lamentó.
Como hipótesis los comerciantes analizaron que los hechos de violencia son protagonizados por antisociales que al verse asediados por parte de las autoridades en las ciudades grandes, como Tegucigalpa y San Pedro Sula, llegaron hasta los linderos de Valle de Ángeles.
Es de conocimiento público que una fracción considerable de los habitantes de Valle de Ángeles sobrevive de la venta de artesanías.
Iveth Flores, gerente propietaria de una tienda de artesanías, aseguró que “desde los primeros muertos en La Escondida, hace un mes, el flujo de turistas ha bajado, nosotros lo hemos resentido”.
“Hay bastante temor, ha sido un pueblo bastante sano y turístico y esperamos que no lo dejen arruinar; ayer (lunes) no hubo seguridad, hay muy pocos policías”, agregó.
La comerciante igual que sus colegas estimó que la llegada de antisociales integrantes de maras y pandillas es la causa para que se suscitaran los actos sangrientos en Valle de Ángeles.
Pobladores como don José Carrasco dicen que “está difícil la situación, los más afectados serían los que viven del turismo, nunca se había dado esto, ya hay temor en la gente y se ve que andan con precaución”.
Incremento de violencia
Solo en lo que va de 2017 siete personas murieron en circunstancias violentase en el casco urbano y zonas aledañas a Valle de Ángeles.
El pasado 26 de febrero en el barrio La Escondida fue ultimado a disparos el menor Ángel de Jesús Sevilla Velásquez, de 16 años, al día siguiente fue asesinado en el mismo lugar José Armando Reyes Fernández, de 28 años.
La noche del miércoles 8 de marzo otro hombre identificado como Walter Ulises Ponce Chávez, de 31 años, fue ajusticiado por varios sujetos, siempre en el barrio La Escondida, lugar que se tornó violento en menos de dos semanas.
Cámara de Turismo
Donaldo Suazo, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Honduras (Canaturh), es del criterio que “siempre impacta un caso de este tipo, pero me parece que esto lo tenemos que tomar como una excepción a la regla”.
“Honduras ha sido azotada por problemas de inseguridad y ha afectado la venida de turistas, durante los últimos 10 años hemos venido sufriendo ese problema”, recordó Donaldo Suazo.
El dirigente del rubro turístico destacó que “poco a poco se está haciendo la labor de poder combatir el mal directamente con la prevención necesaria y con la ayuda de los aliados estratégicos que tiene nuestro país.
+El dolor embarga a familiares en velorio de jóvenes asesinados en Valle de Ángeles