TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El martes 6 de diciembre comenzó el estado de excepción en algunos barrios y colonias del Distrito Central y el Valle de Sula para contrarrestar la ola de criminalidad que se reporta en estos sectores, pero a menos de 24 horas de inaugurada la medida, ya se observa debilidad en su aplicación.
A las 6:00 de la tarde del martes se reunieron las autoridades de Seguridad y la Policía Nacional para junto a sus fuerzas del orden dar por inaugurado el toque de queda, que tendrá vigor durante un mes de manera ininterrumpida, pero sin suspender la movilidad de los ciudadanos.
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Agentes de la Policía Nacional, de la Dirección Policial Anti Maras y Padillas Contra el Crimen Organizado (Dipampco) y otros entes hicieron acto de presencia para luego ser dispersados a los 89 barrios y colonias del Distrito Central que son considerados de alta peligrosidad debido a la presencia de maras, pandillas y grupos extorsivos.
En el evento también se observaron patrullas y motorizadas policiales, por lo que parecía ser un amplio despliegue policial. Sin embargo, horas más tarde se comenzó a recibir denuncias por parte de la población, donde aseguran que en sus comunidades, pese a ser incluidas en la lista de zonas a intervenir, no se vio ningún uniformado patrullando, pues se limitaron a vigilar vías principales como bulevares o carreteras que dan acceso a la capital.
En otros sectores, como en la colonia Villa Unión, el operativo se instaló en la entrada de la misma y no en calles internas, donde vecinos reportaron presencia de grupos delictivos de manera habitual.
Y desde tempranas horas, el equipo de EL HERALDO recorrió algunas colonias que aparecen en la lista de 89 lugares en la capital que forman parte del estado de excepción y aunque en algunos se instalaron retenes en los que se les pedían documentos a algunos ciudadanos, en otros hubo total ausencia de efectivos policiales.
Una de las colonias visitadas fue El Pedregal, donde se llevó a cabo la actividad comercial de forma normal, pero ni en esta área ni en las calles y pasajes internos se vio a algún policía.
Incluso, la cámara de este rotativo captó actividad del transporte público, pero tampoco dentro de las unidades se vio a alguien de las fuerzas del orden.
Por otro lado, en la colonia La Cañada, aledaña al anillo periférico, solo se evidenció la circulación de vehículos y motocicletas, pero ningún retén o recorrido policial.
Y el mismo escenario se vivió en la colonia Las Palmas, que colinda con las colonias Kennedy, La Joya, Los Llanos y Monterrey.
Por lo que los pobladores han pedido a las autoridades aumentar el número de efectivos en estas zonas y que se internen en los barrios y colonias, donde día a día se sufre la presión que estos grupos ejercen, cometiendo cualquier tipo de delitos.