En su rostro tostado por el inclemente sol sobresalen las arrugas producto de las prolongadas jornadas de su oficio como labrador.
En sus humildes manos carga dos fieles instrumentos: una piocha y una pala, mismos que utiliza para abrir en su terreno las canaletas por donde correrán las primeras lluvias de mayo que irrigarán sus cultivos.
Es así como don Pastor Mairena, residente en Linaca, Tatumbla, Francisco Morazán, se prepara para las siembras de primera, que anhela puedan comenzar a inicios de mayo.
“Estamos a merced del clima, ojalá que este año nos vaya bien como el anterior, cuando las lluvias favorecieron nuestros cultivos”, manifestó Mairena.
El alimento amarillo sirve de sustento para 15 personas que conviven con el abuelo de 63 años y apenas un dos por ciento del producto lo destina en ventas que abastecen los mercados capitalinos.
El arado es la única “tecnología” de siembra que conoce, porque “nunca he recibido capacitación de parte del gobierno”.
Expectativas
La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) estima que producto de las siembras de primera, en el país podrían producirse alrededor de 15 millones de quintales de maíz y un millón 400 mil quintales de frijoles.
Las cantidades superan las registradas el año anterior, empero “son especulaciones basadas en una estabilidad climática similar al 2011”, aseveró Armando Bustillo, subdirector de Generación de Tecnología de la SAG. El experto en materia agrícola añadió que “si las lluvias de mayo inician de manera temprana, igual que ocurrió en 2011, las siembras de primera no sufrirían ningún atraso”.
Según Bustillo, en zonas como Francisco Morazán, Choluteca, El Paraíso, Olancho y Comayagua, esa dependencia trabaja arduamente en la tecnificación y capacitación del campesinado.
No obstante, Marvin Andrade, otro labrador de Tatumbla, a tan solo unos kilómetros de la capital, aseguró que “nosotros no sabemos más que arar la tierra y así la preparamos para la siembras de primera”.
Bono solidario
Otro de los programas que maneja la SAG en conjunto con el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa) es la entrega de un bono de solidaridad productiva.
El gobierno eroga alrededor de 450 millones de lempiras anuales para el desembolso de este paliativo que beneficia a casi 500 mil productores a nivel nacional.
El bono, que comienza a entregarse en el mes de mayo, consiste en 50 libras de maíz y un saco de fórmula y otro de urea para cada uno de los productores.
Asimismo se entregan 50 libras de frijoles y dos sacos, uno de fórmula y otro de fertilizante.
“Con este bono se pretende que los productores puedan aumentar la producción garantizándoles semillas de calidad que después puedan vender y así agenciarse más fondos para sus familias”, afirmó.
Sin embargo, Pastor Mairena, otro campesino de Tatumbla, aseguró que “solo en el año 2010 pude beneficiarme con ese bono, porque aquí en Tatumbla lo han politizado”.
El hombre que durante toda su vida ha trabajado en el campo, admitió sentirse “ignorado por las autoridades que le dan el bono a quien ellos quieren”.
Con su mirada clavada en la parcela de tierra, retoma la piocha para abrir los surcos de aguas por donde esperan corran las primeras lluvias de mayo.