Tegucigalpa, Honduras
La inclemente quema del Año Viejo quizá es la oportunidad más cercana que tienen los hondureños para desahogar sus frustraciones por los problemas del país y contra los políticos de mala fama.
Este año las cámaras, los fósforos y la gasolina se los robará el expresidente Rafael Leonardo Callejas, quien es el personaje más elaborado como monigote en la capital y los municipios aledaños.
“Ya es una victoria para el pueblo que estén cayendo los grandes”, explicó Franklin Funes Carrasco, mientras exhibía junto a su familia la figura del líder nacionalista en las calles de Las Palmas.
Encorbatado y con traje, montado en el jet rumbo a Estados Unidos, esposado de manos y pies o con cuatro millones de dólares en un maletín, los ciudadanos no tuvieron piedad con Callejas.
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El político se entregó a la justicia de Estados Unidos el 14 de diciembre, después de que lo acusarán de recibir sobornos para favorecer a ciertas empresas en la transmisión de partidos.
Obras de arte en Ojojona
Si en la capital los muñecos significan una manera de descargar las frustraciones, en Ojojona es una tradición que se convierte en arte.
En los barrios se esconden enormes figuras que evocan a Drácula, un dragón de cinco cabezas y un Freddy Krueger. Un poco de técnica con el periódico y palmas del árbol de suyate sobre un esqueleto de madera dan vida a las tenebrosas formas.