La feligresía católica clamó por la paz, justicia y bienestar para sus familias en la conmemoración del Domingo de Ramos, en la Pasión del Señor.
La entrada triunfal del Señor Jesús a Jerusalén
se recordó en todas las comunidades, lo que marca el inicio de la Semana Santa.
La intensidad espiritual se vivió no solo en la tradicional misa y procesión de la Catedral Metropolitana, sino también en la iglesia El Calvario de Comayagüela, donde los feligreses representaron la entrada triunfal en vivo, con un Nazareno subido sobre un pollino o burrito, tal y como lo indican las Santas Escrituras.
La fe y la esperanza se vivieron en las calles y parroquias, los niños, jóvenes y adultos portaron en sus manos palmas de olivo para aclamar a Jesús.
En Tegucigalpa, la celebración principal se desarrollo en el casco histórico, presidido por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
Inició a las 7:00 de la mañana en la iglesia El Calvario del barrio Abajo de Tegucigalpa
y recorrió la avenida Miguel Paz Barahona
hasta culminar en la Catedral, donde se congregó una muchedumbre que sin cesar coreaba “Reine
Jesús
por siempre, reine en mi corazón. Hosanna, Hosanna
en las alturas, bendito el que viene en nombre del Señor”.
Las calles de acceso lucieron finas y adornadas alfombras de aserrín alusivas a la religiosidad, que fueron elaboradas en la noche anterior.
La procesión fue encabezada por una imagen del Señor del Triunfo, que se colocó a la par del altar donde se ofició la misa.
En los alrededores se encontraban campesinos humildes que tenían a la venta los ramos, procedentes de municipios vecinos como Sabanagrande, Alubarén y Reitoca.
El mensaje de la iglesia Católica fue centrado en orar por la paz y la unidad del pueblo hondureño.
Asimismo, se exclamó la intervención de Dios para que cese tanta violencia, corrupción, robos, desempleo y pobreza.
“Pedimos para que cese la violencia, la corrupción, y puedan reinar la paz y el desarrollo humano sostenible”, fueron las palabras que dirigió el cardenal a la feligresía, en el inicio de la misa conmemorativa, celebrada el atrio de Catedral.
Manifestaciones de fe
“Es el inicio de la Semana Mayor, es un compromiso de fe, en mi caso inicio la Semana Santa
orando por toda la paz, por toda la tranquilidad, por mi familia”, manifestó la señora Bertha Marina López.
Tiene 30 años de residir en la capital, es originaria de Lempira, tenía en sus brazos a su nieta, Yadira Nicole Hernández, de unos dos años, que sostenía con firmeza un pequeño ramo de olivo.
“Todos los que creemos en Cristo lo acompañamos en esta semana, es un momento de reflexión, Dios mandó a su Hijo para salvarnos, tenemos que agradecerle”, manifestó doña Carmen Salinas, quien no falta a esta conmemoración.
Pidió por la paz en Honduras, por su familia. “Lo importante es tener una relación con Dios, porque estamos viviendo tiempos difíciles. Tenemos que abrir nuestro corazón porque Dios es el único que nos salvará”, expresó doña Marina Sánchez.
Significado
Hace más de dos mil años el pueblo de Israel aclamó a Cristo como rey y señor del universo.
Desde el siglo IV la iglesia unió dos celebraciones, la que había en Jerusalén, de las palmas, y otra en Roma, de la pasión del Señor.
Los sacerdotes se visten a partir de ayer de color rojo, como señal de martirio.
Por ello el verdadero nombre es Domingo de Ramos en la
Pasión del Señor. Las palmas recuerdan el triunfo de Cristo
en los corazones.
Los sacerdotes aclararon que las palmas no deben interpretarse como un agüero, signo de fetichismo o amuleto. Sirven para aclamar a Cristo, quien desea entrar en los corazones de cada uno, dijo Carlo Magno Núñez, párroco de Catedral.
“Durante la Semana Santa
la iglesia Católica
rememorará la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo”, aseguró.
“Vivió, murió y resucitó para salvarnos”, valoró. Es tiempo para comportarse como verdaderos hijos de Dios, de conversión, de dejar a un lado el pecado.
Jesús ingresó a Jerusalén montado en un burro o pollino, en señal de mansedumbre y humildad.
El sacerdote Carlos Rubio, por su parte, destacó la fe, alegría y devoción de los feligreses, en el inicio de la Semana Santa.
Instó a recibir a Cristo en los corazones para que exista paz.
“Eso es lo que quería expresar Jesús al montarse en un burrito y ser aclamado como Hosanna, que quiere decir ‘señor, sálvanos’”, dijo.
“Que Dios nos salve de esta cultura de muerte, que nos salve de esta violencia, que nos salve de los conflictos entre familias, de la división, que nos dé la paz a cada uno en Honduras
y que todos trabajemos por la paz”, manifestó el presbítero.
Lamentó que en la actualidad existen “muchos Judas que venden al país, venden a su familia porque se meten en negocios ilícitos, en actos vergonzosos de corrupción”.