El misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo encontró un refugio evangelizador en la avenida Cervantes del centro histórico de Tegucigalpa.
En más de 600 metros de longitud, centenares de voluntarios, empleados de la Alcaldía y miembros de las diferentes parroquias capitalinas vivificaron con aserrín el sacrificio de amor más grande por la humanidad.
En los 10 segmentos que conformaron el enorme tapete multicolor se envió un mensaje de paz, respeto y admiración en donde destacó una enorme frase plasmada en aserrín: “Los capitalinos queremos paz”.
Para el caso, este año, el séptimo segmento, que se ubicó frente al Palacio Arzobispal, reconoció el legado de los máximos representantes de la Iglesia Católica. Una serie de imágenes de los últimos tres Papas elegidos en el Vaticano llevaba consigo el recordatorio de unidad y del despertar de la Iglesia.
El papa amigo, Juan Pablo II; el teológico Benedicto XVI y el recién elegido Francisco, el papa de los pobres, conformaron una de las alfombras más llamativas para la feligresía.
La imagen principal, frente al Palacio Municipal, representó a la Virgen Dolorosa junto a dos enormes rostros de Jesucristo con la cruz de espinas.
En este sendero de fervor y arte religioso miles de personas acudieron a presenciar y a ser partícipes de una obra que sirve para unificar los principios bíblicos y la fe cristiana.
Invitación a la paz
Elder Resieri, coordinador del proyecto, manifestó que en esta oportunidad se incluyeron tres nuevos módulos entre los que destacó “Las mujeres prominentes de la biblia”, como Ruth y Esther.
La obra destaca la participación de los niños en la biblia y reiterados mensajes que invitan a la población a fomentar una cultura de paz.
“Hay diferentes llamados: paz en el hogar, con los vecinos, en los barrios, y la entrega de una sonrisa como inicio de una vida en armonía”, expresó.
Resieri destacó la utilización de más de una docena de vivos colores, al tiempo que develó que en esta oportunidad fue superada la meta de los 600 metros de los años anteriores.
Asimismo destacó la participación de más de 500 personas e instituciones en la confección de la obra de fe.
“En esta ocasión contamos con la participación de extranjeros que se sumaron por más de 10 horas en la elaboración de más de 15 metros completos de alfombra”, dijo.
A mantener la tradición
Resieri consideró que la elaboración de alfombras en la capital se debe de institucionalizar de manera que los siguientes gobiernos municipales continúen con la tradición de más de 11 años en Tegucigalpa.
A su juicio, esta es una de las épocas que logra unificar a la familia capitalina, ya que la afluencia de personas que acuden a presenciar el evento es cada vez mayor.