A nivel de los siete países de Centroamérica, Honduras posee la quinta fuerza policial con más elementos. Con 13,500 miembros, únicamente sobrepasa a Nicaragua y a Belice.
Estos datos, proporcionados por la Secretaría de Seguridad de Honduras, coinciden con registros policiales divulgados por medios de prensa, así como de distintos informes sobre la violencia y la criminalidad en la región.
Según estos informes, Costa Rica, con 27,000 agentes, posee la fuerza policial más poderosa de la región para cuidar una población de 4,301,712 habitantes.
Le sigue Guatemala con 24,000 elementos policiales para proteger una población de 13,824,463 personas. En el tercer puesto está El Salvador con 21,000 elementos policiales para una cantidad de habitantes de 6,071,774.
En el cuarto puesto aparece Panamá con 18,000 policías destinados a proteger 3,460,462 habitantes. En quinto lugar está Honduras con 13,500 agentes y oficiales encargados de la protección de 8,041,654 de habitantes.
Nicaragua ocupa el sexto lugar con una fuerza policial de 12,000 elementos, que al trabajar muy de cerca con la comunidad protege adecuadamente a 5,666,301 habitantes.
Mientras, la fuerza más pequeña es la de Belice con 450 elementos para cuidar a 321,115 pobladores.
En total, los siete países de la región cuentan con una fuerza de aproximadamente 115,950 policías para proteger una población de aproximadamente 41,645,000 habitantes.
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Eficacia
Para el analista Raúl Pineda Alvarado “más policía y más presupuesto no significa más seguridad para un país”.
Puso como ejemplo el caso de Nicaragua, que con una policía conformada por 12 mil efectivos, con un presupuesto muy bajo, ha demostrado gran eficiencia, a tal grado que el índice de homicidios en ese país es uno de los más bajos, 12 casos por cada 100,000 habitantes.
Es una policía que tiene el apoyo y el respeto de su comunidad, añadió.
Creer que más dinero, más presupuesto y más policías va a dar seguridad, es precisamente un error, es algo descabellado, y es lo que se ha venido haciendo en Honduras en los últimos 15 años.
Una buena policía pasa por más tecnología, más capacidad de reacción, más acercamiento con la comunidad, pero para que Honduras alcance esta meta es necesario una depuración policial.
“Porque ha habido una acción perversa de que entre más crímines, entre más actos de violencia, más presupuesto para la Policía y eso no ha dado buenos resultados. Estar manejando el fenómeno social de la delincuencia como una forma de sacar más presupuesto ya no funciona.
Usted va a tener una buena Policía en Honduras cuando se señalen metas y se cumplan”, dijo Pineda Alvarado.
Explicó que cada país tienen particularidad para requerir de cierto número de elementos policiales. Eso va a estar determinado por la densidad de la población, por el tipo de territorio y por ciertos factores económicos.
“Pero hay que tener claro que actualmente el factor numérico ya no es el más importante en el desempeño de una policía moderna”.
Poblaciones grandes en Estados Unidos son protegidas por un promedio de 30 policías con 20 vehículos, con un sistema de cámaras desarrolladas para efectuar su trabajo y con una red de comunicaciones altamente sofisticada.
¿Cómo es posible que a una patrulla de la Dirección Nacional de Investigación (DNIC) solamente se le den 125 lempiras diarios de combustible para operar?, cuestionó.
El otro tema fundamental es el de liderazgo en la Policía Nacional. Actualmente los motorizados andan haciendo lo que quieren, sin ningún tipo de supervisión. Además, todo jefe tiene que tener una meta, un plan estratégico en su región en su distrito, en su comando, y si no cumple debe ser sustituido por otro que haga el trabajo. “
Mientras usted no ordene la Policía a lo interior, les respete la antigüedad, la jerarquía, los motive, mientras usted no ponga orden en la casa puede tener cualquier cantidad de policías, un gran presupuesto y el
problema se va a mantener”.
Las medidas tomadas por el gobierno hondureño para depurar la Policía son correctas pero lo que va a suceder es muy aleatorio.
El gobierno tomó las acciones correctas y para eso tuvo que morir el periodista Alfredo Villatoro. En la medida que esas determinaciones correctas se apliquen pueden darse dos fenómenos: un incremento de la violencia en la medida que los criminales se enfrenten a los policías honrados, o puede ser que los criminales hagan un movimiento retrógrado y se retiren de su actividad criminal.”, afirmó Pineda Alvarado
Fuerzas privadas
Pero a la par de los 115,950 policías que hay en los 7 países de Centroamérica, surge una fuerza privada que los supera en cantidad.
Se trata de 270,390 guardias de seguridad privada.
De acuerdo con el “Informe de armas ligeras 2011”, publicado por el Instituto de Estudios Internacionales y de Desarrollo, Guatemala, además de su fuerza policial posee 120 mil guardias privados, le sigue Honduras con 60,000; Panamá con 30,000; El Salvador con 21,140; Nicaragua con 19,700 y Costa Rica con 19,550.
El director de la investigación, Robert Muggah, afirmó, al presentar este informe en Ginebra, a mediados del año pasado, que a pesar de esas fuerzas públicas y privadas “Latinoamérica, y en particular Centroamérica, tienen los niveles de violencia más altos del mundo, con unas tasas que multiplican por seis la tasa media mundial”.
Muggah agregó que en la región “existe la tradición de potenciar la seguridad privada para sustituir a la Policía en la protección de bancos, barrios e individuos, con un amplio abanico de actividades”.