COMAYAGUA, HONDURAS.-La ciudad de los pinares o del altiplano, como se conoce a Siguatepeque, se ha convertido en los últimos ocho años en una de las urbes de mayor crecimiento urbanístico y económico del departamento de Comayagua.
Y es que su posición geográfica es envidiable, ya que se ubica a orillas del Corredor Logístico, a 114 kilómetros de Tegucigalpa y 139 de San Pedro Sula.
Debido a que está asentada sobre un altiplano, es ideal para el crecimiento urbano ordenado y planificado.
Es por ello que es el paraíso perfecto para muchos inversionistas privados, en especial para el rubro hotelero, de restaurantes, cafeterías y tiendas.
En la actualidad tiene unos 37 hoteles, más de 30 restaurantes y cafeterías y una gama de negocios comerciales que ofrecen productos y servicios.
“Somos una ciudad que crece lento pero seguro, sabemos que tenemos muchos problemas por solucionar como ciudad, pero se van a ir arreglando. Lo que queremos es que vengan inversionistas a seguir creando fuentes de empleo y mejor infraestructura”, dijo Salomón Herrera, dueño de un restaurante.
EmpleoLos talleres de alfarería, por lo general, son familiares, generan entre dos a tres empleos directos y producen más de 1,500 piezas mensuales. |
Espacios de exposición
Durante el año, empresarios y autoridades municipales organizan festivales, como el de las flores y el pino, con el objetivo de atraer a los turistas.
Estos eventos reúnen a más de 15,000 personas, lo que genera un derrame económico que beneficia al empresario local y crea empleo.
Recientemente, empresarios de la Cámara de Turismo y autoridades municipales del municipio visitaron Girona, España, para conocer las experiencias y relaciones comerciales para aplicarlas en el municipio.
Además, están convencidos de que deben reinventarse cada día para mantenerse atractivos antes los ojos de los turistas. Y en el caso de las autoridades municipales, mejorar las condiciones jurídicas, de seguridad y de servicios básicos para atraer al inversionista nacional y extranjero.
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Alfarería
Siguatepeque también es conocida por la calidad de su alfarería de barro.
El barro se ha convertido en la materia prima por excelencia para decenas de familias que ven en este material y las decenas de objetos que se forman de él la oportunidad de hacer dinero para suplir parte de sus necesidades económicas.
La cuna de la alfarería del municipio de Siguatepeque está en la comunidad de El Porvenir, carretera hacia La Esperanza, Intibucá.
La creatividad para dar forma a un pedazo de tierra mojada es una habilidad que mujeres, hombres y niños aprenden por tradición en El Porvenir, donde hay unas 15 familias que se dedican a tallar y pintar piezas de barro para luego comercializarlas en su propia casa.
También producen alfarería para proveer a los negocios ubicados a orillas del Corredor Logístico entre Siguatepeque y Comayagua, en donde operan unos 20 establecimientos.
“La alfarería la compro en El Porvenir porque es de buena calidad y por muy malas que estén las ventas, los viajeros que van hacia San Pedro o Tegucigalpa siempre compran más de alguno porque hay bonitos diseños y buenos precios”, dijo Sonia Alvarado, vendedora de artesanías en la CA-5.
En El Porvenir se producen más de 1,500 piezas, entre jarrones de distintos tamaños, figuras de animales, plantas, insectos, rostros humanos y bustos.
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Una obra paso a paso
El proceso para elaborar un hermoso jarrón, una fuente de agua en miniatura y otros objetos creativos conlleva más de 22 días de arduo trabajo.
Todo empieza desde el momento en que se obtiene el barro o lodo del suelo, el cual es retirado con un azadón, para luego transportarlo en carreta hacia el taller donde comenzará su proceso de limpieza y molde.
Una vez que se realiza el proceso de refinado del lodo, comienza la formación de figuras a mano o utilizando un torno para luego ser expuesto varios días al sol para su secado.
Después la pieza es ingresada al horno a altas temperaturas de calor para cocer el barro y esté lista para luego aplicar la pintura y el barniz como el retoque final antes de poner esos coloridos y creativos objetos a la venta.
El tiempo promedio para producir las piezas de barro es de 22 a 30 días, dependiendo de su tamaño y estilo.
Apuesta al turismo
El gobierno local de Siguatepeque ha iniciado una cruzada que apuesta por rubros como el turismo.