Las calles del centro de la capital de Honduras fueron el escenario en el que se revivió la Pasión de Cristo, que recuerda las últimas horas del Salvador del Mundo.
Como todos los años, devotos, más que actores, recrean los momentos en que el Señor Jesús es juzgado y sentenciado a ser crucificado, en un acto que refleja el amor de Dios por la humanidad.
En cada una de las estaciones se leyó un mensaje bíblico y se hizo una reflexión sobre la situción y los problemas que afectan a Honduras, seguido de coros alusivos a la temporada.
Recordando los momentos de dolor de Jesucristo, el padre Juan José Pineda, quien dirigió las celebraciones en sustitución del Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, instó a los hondureños a incrementar su fe y quitarse las máscaras que les impiden ver al Señor.
'Cada uno de nosotros estamos allí y somos incapaces de ver la ternura con que nos mira el hombre que destrozado por sus verdugos está frente a nosotros, incapaces de recordar sus palabras de vida, por el miedo al que dirán, los falsos respetos humanos, las máscaras, nuestras cobardías nos impide levantar los ojos y mirarlo”, reflexionó Pineda.
Desde las 9:00 de la mañana iniciaron las actividades del Vía Crucis, que salió de la Iglesia San Francisco, ubicada en el parque Valle, con dirección a la antoñona Iglesia El Calvario, en el barrio Abajo de Tegucigalpa.
De este punto, la representación regresa a la Catedral de Tegucigalpa, donde culminó el Via Crucis. Las actividades continuarán en horas de la tarde, cuando se realizará el Santo Entierro.