Honduras

Iglesia Católica pide conciencia y reflexión durante Semana Santa

Manifestó que los hondureños deben permanecer en Cristo dando como ejemplo el fruto abundante de las obras.

13.04.2014

El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, exhortó este domingo a los hondureños para que vuelvan sus corazones a Cristo en esta fecha especial de Semana Santa.

Durante la celebración del Domingo de Ramos realizada en la
Plaza Central de Tegucigalpa,

capital de Honduras, el alto jerarqua de la Iglesia Católica dijo que al bendicir las palmas , también se bendecirían los cuerpos y corazones y de esa forma reducir la vorágine de violencia que impera en Honduras

“Vamos a bendecir nuestras palmas con agua bendita, pero también vamos a bendecir nuestras cabezas, corazones y nuestros cuerpos para que el Dios todo poderoso reine en nuestros corazones y se manifieste en cada uno de nosotros”.

Manifestó que durante la Semana Santa los hondureños deben permanecer en Cristo dando como ejemplo el fruto abundante de las obras.

Por lo que
pidió
tener un poco más de conciencia y reflexión sobre el verdadero sentido que refleja esta semana.

“Queridos hermanos, que esa palma bendita les recuerde siempre que somos de Dios, no somos del mal, que esta Semana Santa sea llena de bendición, y que si participamos en las procesiones que sea bendición para cada familia”.

Al leer evangelio según San Mateo, el pupurado hizo referencia a la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, en ese sentido expresó “bendito el que viene en nombre del Señor, estamos invitados todos a ser parte de este evento y por eso esta multitudinaria procesión.

Durante su intervención en la homilia
pidió al Señor sacar a Honduras del ciclo de la violencia, muerte y
corrupción.

“Sácanos Señor de este ciclo asfixiante en el que vivimos, sácanos de la injusticia, de la violencia,de la cultura de la muerte, déjanos aclamarte, que entonemos un cantico nuevo”, aclamó.

Agregó que “también pidamos por nuestra Honduras, pidamos que nuestro país sea de Cristo y no del mal, del pecado, no de la violencia, no de la muerte, sino de la paz, de la justicia y del amor”.