Tegucigalpa. El cardenal Óscar Andrés Rodríguez condenó el accionar de quienes se encuentran sumergidos en el flagelo de la corrupción y la narcoactividad, exhortando a despojarles de los bienes adquiridos ilícitamente.
Igualmente, en su homilía de la misa dominical en la Catedral, condenó los asesinatos de varios niños, acontecidos en los últimos días en el norte del país.
“Que tristeza lo que tenemos en días pasados, asesinando niños”, lamentó.
Los autores de estos crímenes, “son personas que están ya completamente embrutecidas por el mal”.
“Si un niño lo que inspira es ternura, respeto, cariño; cómo es posible que hemos llegado a esto, porque se le ha cerrado la puerta a Cristo y se le ha abierto la puerta al mal”, expresó Rodríguez.
Deploró que muchas familias viven como en hoteles, solo llegan a comer y dormir. Hay padres de familia que no tienen tiempo para conversar con sus hijos.
Dijo estar “triste” por lo visto últimamente en el país, a su vez dijo que se debe aprovechar para dar un paso adelante. Hizo alusión a las propiedades que aseguró el Ministerio Público en allanamientos efectuados en la capital, valorados en unos 120 millones de lempiras que estaban destinados a atender pacientes del Instituto Hondureño de Seguridad Social.
“Que se descubran las cosas que se han robado y que se confisquen esas propiedades, porque no son lícitamente poseídas”, manifestó.
Asimismo, cuestionó a quienes amasan fortunas con sangre, haciendo referencia a quienes se enriquecen con el narconegocio.
“Eso no puede seguir así en nuestro país, esos bienes en justicia deberían ser asegurados, vendidos y así se empieza a pagar la deuda social que ocurre en nuestro país”, dijo.
“No es posible que estemos pidiendo préstamos y que se estén acuñando fortunas a base del robo, a base del saqueo, a base del crimen organizado, eso no puede seguir”, remarcó.
El bien sobre el mal
Cada quien es un pastor, en su familia, en el trabajo, en la escuela. Todos deben ser solidarios, ayudarse unos a otros.
Lamentó que muchas familias han cerrado su puerta a Cristo. “Quien entra es el ladrón, el bandido, el sinvergüenza, parece que ese fuera el modelo para la sociedad”, dijo.
Por ello, planteó que es necesario recobrar los valores de los diez mandamientos de Dios. El mal no puede prevalecer, dijo el Cardenal.
“Cuántas dificultades para hacer el bien, cuánto cuesta ayudar al prójimo, encontramos obstáculos y persecuciones”, dijo.
Ejemplificó que sor Valdette Willeman enfrenta serias dificultades para ayudar a los deportados, al dirigir el Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR).
Asimismo, ejemplificó que cuando se presta dinero, por ayudar, en muchos casos terminan siendo enemigos.
Invitó a no desanimarse, no ceder ante las dificultades que cada quien encuentre por hacer el bien. “Debemos despojarnos de todo orgullo, de toda pretensión, vanidad y ambición de dominio o de poder”, manifestó.