TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Es una fuente de conocimiento, consulta y saber. En las páginas amarillentas o desgastadas de material bibliográfico que aloja, conserva parte de la historia nacional como un tesoro al que a nadie se limita su acceso y trata de perdurar con el paso del tiempo.
Un rincón cuya edificación data de la década de los 30, donde el pasado cobra interés y se vuelve objeto de investigación académica, laboral o simplemente se convierte en un espacio de lectura de los diarios que circulan en el país, entre ellos EL HERALDO.
La Hemeroteca Nacional Ramón Rosa sigue siendo ese lugar ubicado en el centro de la capital que guarda en su interior periódicos, revistas culturales así como libros que constituyen el patrimonio documental de la nación y que es visitado por 700 a 1,200 personas al mes.
El busto del destacado personaje que se desempeñó como escritor y hasta figura en el billete de 500 lempiras adorna la entrada de este lugar en el que solo el bullicio del exterior puede desconcentrar a sus visitantes.
Con solo presentar su tarjeta de identidad y llenar una ficha, los usuarios pueden remontarse a efemérides que han marcado al territorio nacional (como la guerra de las cien horas o del fútbol, huracán Fifí, Mitch, entre otros acontecimientos), buscar datos históricos o memorias que muy pocas personas mantienen entre sus pertenencias.
Sin embargo, no solo se acude a este sitio que funciona como tal desde 1995 por material hemerográfico, sino también para encontrar un aviso de herencia.
“Nuestros usuarios varían y algunos vienen a buscar un aviso de herencia para poder cobrarla, suena irónico, pero aquí la encuentran”, relató Fabiola Sevilla, quien es una de las encargadas de esta dependencia de la Dirección Ejecutiva de Cultura y Artes (DECA).
En un recorrido hecho por EL HERALDO se hizo el hallazgo de una Gaceta, que es el diario oficial de la República, de 1930 y gacetas judiciales comprendidas entre 1904 a 1979.
El Ateneo de Honduras, una revista, cuyo director fue Froylán Turcios y entre sus redactores resalta Rómulo E. Durón, se pudo hojear entre todo el acervo que posee la Hemeroteca. Ejemplares de los diarios El Cronista o El Día en formato sábana que dejaron de circular hace cuatro décadas son parte de la colección nacional.
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Afluencia
A medida que pasan las horas llegan personas, entre ellos estudiantes, ya sea para hacer una tarea o leer algún rotativo del día, incluso de fechas anteriores.
Hace un par de años se sacaban copias de las publicaciones periódicas que les interesaba a los visitantes, pero ahora ellos pueden hacer uso de sus teléfonos inteligentes para sacar fotografías, evitando así provocar daños que podrían estropearlos en su totalidad.
El analista de sistemas de la Secretaría de Salud, Gerardo Pavón, es uno de los usuarios que visita la Hemeroteca con más frecuencia cuando está de vacaciones. “Donde trabajo, ciertos datos los teníamos desde 1984 hasta la fecha y se formó un grupo que averiguara aquí de 1983, años anteriores y hubo información valiosa”, recordó.
Mientras sostenía un ejemplar de EL HERALDO, el carpintero Arnold Baquedano manifestó que “así como tenemos la oportunidad de leer lo actual podemos leer cosas pasadas; el hábito de la lectura no lo deberíamos de perder porque la tecnología así como ha venido a ayudar también ha perjudicado”.
Uno de los retos que enfrenta este sitio es lograr un proyecto de digitalización de todo el material hemerográfico y obtener mayor respaldo, ya sea del Estado, de la empresa privada u otro tipo de organizaciones.
