TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El uso de la pólvora durante la época de Navidad y Año Nuevo puede traer graves consecuencias para los niños.
La manipulación de morteros, cohetes y otros explosivos puede provocar mutilaciones de partes del cuerpo y severas consecuencias psicológicas a los menores.
Cada año muchos niños terminan en la cama de un hospital con su cara quemada, extremidades afectadas y, en el peor de los casos, con partes cercenadas.
Solamente en lo que va de esta temporada navideña, el Centro Hondureño para el Niño Quemado (Cehniq) ya ha reportado al menos cinco menores quemados por la pólvora.
Así lo informó Alfredo Ortiz, vocero de Cehniq, quien advirtió que los niños suelen afectarse físicamente las manos y parte de la cara. “Las partes más afectadas son las manos, que generalmente terminan en mutilaciones las quemaduras o las afectaciones por pólvora”, explicó.
Mencionó que de los cinco niños quemados por la pólvora, dos de ellos han sufrido mutilaciones en su mano izquierda.
Según datos de Cehniq, en la época navideña de 2018, atendieron 12 pacientes por pólvora, un total de 13 en 2019, 15 en 2020, nueve en 2021 y en 2022 llegaron a atender al menos 13 niños quemados por pólvora, provenientes en su gran mayoría de Francisco Morazán.
“La pólvora es la quinta causa de quemadura que provoca severos daños en la integridad física de los menores, con el 3% de los casos”, detalló Ortiz.
Impacto psicológico
Los niños no solo cuentan con la afectación física al momento de quemarse por la pólvora, también sufren un impacto psicológico.
La psicóloga Marcela Gómez explicó a EL HERALDO que los niños pueden desarrollar hasta depresión o ansiedad, tras una quemadura por pólvora.
“Si un niño sufre mutilación en alguna parte de su cuerpo o su cara quedó con cicatrices por la quemadura de la pólvora, puede esto provocarle depresión ya que piensan en el futuro y se desaniman, sufren de una alteración física”, explicó la experta.
Agregó que otra de las causas principales del impacto psicológico de los menores es que ellos pueden perder la independencia, incluso, pueden tener dificultad en volver a los estudios.
“Hay veces que los niños sufren tanto que se ponen renuentes a no querer ir a terapias físicas si quedan con afectaciones, se cierran con sus familias también, caen en depresión”, señaló.
Este año, la Sociedad Hondureña de Cirugía Plástica (SHCP) lanzó una campaña de usar la pólvora, pero con responsabilidad. “Evitemos lesiones permanentes por estallamiento de pólvora. El descuido, negligencia, niños, alcohol, ignorancia, atrevimiento, más la pólvora, da como resultado dolor, deformidad, cicatriz, amputación, vergüenza, incapacidad y gastos innecesarios”, señala la campaña.