Tegucigalpa, Honduras.- Pese a que Honduras resultó aplazada en la última evaluación del Desafío de la Cuenta del Milenio, al obtener apenas 15% en el indicador de control de la corrupción (se aprueba con 50%), Marcio Sierra, funcionario al frente de la estrategia para acceder a esos fondos, calificó la baja nota como “un punto de inflexión”.
“Hemos subido de 6% a 9% en el 2022 y ahorita ya subimos al 15%, o sea que ha habido un punto de inflexión donde ya se está recuperando la imagen del país en el tema de corrupción”, explicó Sierra, titular de la Dirección de Gestión por Resultados (DGR) y delegado para impulsar el Plan para recuperar la Cuenta del Milenio.
Sierra reaccionó en medios televisivos tras que se confirmara el pasado jueves que Honduras quedó nuevamente fuera de este programa de apoyo económico del gobierno de Estados Unidos y que, en consecuencia, significa no acceder a 215 millones de dólares (casi 5,400 millones de lempiras al cambio actual).
Para que un país reciba este recurso debe pasar una evaluación que mide, a través de 20 indicadores, el compromiso del Estado para impulsar la libertad económica, la gobernanza con justicia y la inversión social en los ciudadanos.
Uno de los indicadores más importantes de la Cuenta del Milenio —ya que es indispensable su aprobación para acceder a los fondos— es el control de la corrupción, el cual Honduras ha reprobado de forma consecutiva desde 2010 y en los últimos tres años ha obtenido las tres peores calificaciones (de esas, dos notas corresponden a la gestión de la presidente Xiomara Castro).
Según Sierra, la administración ha actuado para revertir los niveles de corrupción, como “la derogación de instrumentos legales que fueron aprobados para favorecer el abuso de la corrupción”, en referencia a la Ley de Secretos, la Ley Orgánica de las ZEDE, la Ley de Escuchas, la Ley de Coalianza y la Ley de Seguridad Poblacional (o Tasa de Seguridad).
Igualmente, destacó la reestructuración de la Secretaría de Transparencia y la derogación de los fideicomisos (el gobierno pasado dejó 16 de estos mecanismos) como pasos firmes en la estrategia de combate a la corrupción.
Entre otras medidas anticorrupción, enlistó Sierra, está el fortalecimiento del proceso de recepción y análisis de las declaraciones juradas de patrimonio, así como la elaboración de estrategia nacional de transparencia y anticorrupción de Honduras.
A juicio de Sierra, quien también funge como presidente de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), la baja calificación en el indicador deriva de las encuestas de percepción realizadas por Organización No Gubernamentales (ONG) y los desacuerdos entre Honduras y Estados Unidos.
“Las organizaciones no gubernamentales como ASJ —Asociación para una Sociedad más Justa— siempre están atacando al gobierno por cualquier cosa que hace la presidenta Xiomara Castro, sin embargo no se van a investigar y a las fuentes reales donde está la información”, criticó.
No es la primera vez que el funcionario culpa a ASJ por el bajo desempeño de Honduras, por lo que en octubre pasado la organización aclaró a través de un comunicado que “no realiza ningún estudio o encuesta relacionada con la evaluación de la Corporación Desafío del Milenio para otorgar fondos a países en vías de desarrollo”.
Contrario a lo expresado por Sierra, la Cuenta del Milenio toma como base el diagnóstico del Banco Mundial en su informe de Indicadores de Gobernanza Mundial (WGI, por sus siglás en inglés, “Worldwide Governance Indicators”).
Según la metodología facilitada por la organización, este indicador se construye con datos proporcionados por 30 centros de investigación, organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales y hasta empresas privadas en el mundo.
En ese sentido, varios analistas han criticado que el gobierno no comprende la metodología de evaluación de la Cuenta del Milenio, pues no se mide únicamente abusos de poder, sobornos o malversación de fondos en el Poder Ejecutivo, sino también en los otros dos poderes (Legislativo y Judicial) y los órganos de seguridad.
Uno de esos centros de investigación (el Proyecto de Justicia Mundial) estableció en su último diagnóstico que Honduras tenía uno de los congresos más corruptos del mundo.
