Honduras

Infancia robada en Honduras: Niñas ya no se casan, pero viven en unión libre

El Código de la Familia permitió hasta 2016 que menores de 16 años se casaran, en muchos casos con personas que les doblaban la edad. Expertos de Plan Internacional también afirmaron que hubo casos en los que las niñas se unían en matrimonio a cambio de una vaca o un terreno

13.02.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con el inclemente sol de Choluteca golpeando el techo de una humilde vivienda, hace 18 años nació una niña de tez trigueña, ojos café oscuro y una sonrisa picaresca. Era la mayor de cuatro hermanas.

Desde muy pequeña siempre fue callada. Cindy (nombre ficticio para proteger la identidad de la hondureña) creció jugando en las polvorosas calles de El Carmelo, Pespire, al menos hasta que cumplió los 12 años y fue enviada de manera misteriosa a Tegucigalpa, donde vivía su papá y abuela.

Con tan solo 12 años, Cindy evitó a cualquier costo que su madre -con quien vivía en el sur de Honduras- notara su prematuro embarazo y, sobre todo, que ella supiera que el hijo que esperaba era de José, un primo lejano, quien vivía también en la misma comunidad en Choluteca.

Tres años después, ella formaba parte de la lista de adolescentes que convivían maritalmente con su pareja, pero a no ser mayor de edad.

Honduras, un país culturalmente machista, permitió hasta 2016 -año cuando se aprobó la reforma al Código de la Familia para aumentar la edad mínima para casarse a los 21 años- que el matrimonio a los 16 fuera legal y que durante ese tiempo miles de niños y adolescentes, como Cindy, pudieran convertirse en esposos.

EL HERALDO analizó los datos de la Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) desde 1990 hasta 2017.

En ese período se mantuvo la tendencia que habían más niñas y adolescentes (de 10 a 17 años) casadas y en unión libre, comparado al caso de los varones.

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Los datos no son exactos, ya que las Encuestas de Hogares que realizó el INE no se ejecutaron en los mismos puntos geográficos de Honduras, por lo que existen años en los que no se registraron casos de menores casados, en unión libre o divorciados.

Como en 2016, cuando se reportaron 487 casos de niñas, de entre 10 y 17 años, que estaban casadas siendo menores de edad, pero en ese mismo período ningún niño o adolescente había contraido nupcias.

Esto se debe a que en los hogares encuestados no hubo ningún caso de este tipo, pero no significa que en todo el país pasó lo mismo.

Los datos analizados son referenciales, sin embargo, muestran que durante 27 años los matrimonios infantiles disminuyeron, pero los casos de unión libre se dispararon considerablemente, sobre todo en las mujeres.

Curiosamente, los datos de 2017 -recopilados por el INE y analizados por EL HERALDO- coinciden con la entrada en vigencia de la reforma al artículo 16 del Código de la Familia, para modificar de 16 a 18 la edad mínima para casarse, siempre y cuando fuera con la autorización de ambos padres.

Para 2017 no se registró ningún caso de niños en matrimonio, pero sí 43,021 menores en unión libre.

“La mayoría de edad se obtiene al cumplirse los veintiún (21) años; sólo las personas mayores de edad gozan de libre aptitud para contraer matrimonio”, reza la reforma al artículo 16 que está vigente desde finales de 2017.

La normativa también indica que la edad para casarse con la autorización de los padres pasa de 16 a 18, es decir que sin el consentimiento de ambos progenitores las bodas legales para menores de edad no deberían ser permitidas.

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Romina Rosales, especialista en género de Plan Internacional, explicó a EL HERALDO que aunque el matrimonio legal hasta los 21 años es ley, existen comunidades en Honduras donde aún se registran enlaces nupciales en las municipalidades, especialmente en el área rural y las zonas con pobreza extrema del área urbana.

“Lo de las uniones tempranas y matrimonios han sido prácticas culturales aceptadas, normalizadas, porque todavía ahora se dice que una mujer de 25 años que no esté casada, en las comunidades rurales, se ve como que está quedada y se dice que está para vestir santos”, puntualizó la entrevistada.

También detalló que en muchos casos las hondureñas menores de edad se ven orilladas a casarse con una persona que les dobla la edad por “la pobreza extrema, prácticas culturales arraigadas, embarazos adolescentes y muchas veces en caso de violación se les obliga a unirse con sus agresores”.

Se casaban siendo niños

La historia de Cindy no está muy alejada de alguna de estas causas por las que las menores de edad se casan, pero -con un hijo de por medio- ella no tenía muchas opciones, especialmente después de que su madre decidiera enviarla a Tegucigalpa, donde vivía su papá y abuela.

Cindy se sentaba sobre un muro de ladrillos que poco a poco se caía a pedazos, allí estaba horas mirando a la gente pasar, mientras -seguramente- pensaba cómo decirle a su familia que estaba embarazada.

Después de tres meses en Tegucigalpa, la adolescente no podía esconder lo evidente: estaba en gestación. Su abuela, María, inmediatamente lo supo y no pudo dejar de pensar que se trataba de una violación, pues apenas tenía 12 años.

La menor pasó todo su embarazo en la casa de su abuela y allí permaneció incluso casi tres años después de que su bebé naciera. “Una niña criando a un niño”, dijo María a EL HERALDO.

Cindy, quien aún era estudiante de primaria, no tuvo comunicación con José durante el tiempo que estuvo en Tegucigalpa, pero en 2016 le dijo a su abuela que regresaría a vivir con su madre. Semanas después sus familiares en Tegucigalpa se dieron cuenta que había formado un hogar con su primo lejano, quien casi le doblaba la edad.

En ese mismo año, en Honduras estaban casadas 487 menores de edad y, aunque Cindy no forma parte de esa lista, si era una de las 30,808 que en ese mismo periodo vivían en unión libre.

EL HERALDO analizó durante 27 años los matrimonios de menores de entre 10 y 17 años y descubrió que durante esos 9,855 días, las mujeres fueron las que más se declaraban casadas en su estado civil en comparación con los hombres.

El gráfico muestra las matrimonios infantiles por años y la diferencia, en muchos casos abismal, entre los enlaces matrimoniales de niñas y niños.

Por ejemplo, en 2004, 381 niños o adolescentes estaban casados, pero en ese mismo periodo habían 12 veces más matrimonios de mujeres menores de 17 años.

Para la especialista de género de Plan Internacional esto tiene una explicación, ya que conocieron casos de niñas en las comunidades que por vivir en pobreza extrema “los padres las estaban cambiando por una vaca o un terreno”, reveló a EL HERALDO.

“Era ver como esa niña se casaba con la persona rica del pueblo, con el hombre mayor que tenía la capacidad económica para mantenerla y a la vez ayudaba a esa familia a salir de la pobreza”, contó la hondureña sobre lo que los motivó a impulsar la reforma al Código de la Familia.

La vulnerabilidad de la mujer

Cindy no soñaba con convertirse en mamá a los 12 años, tampoco con formar un hogar casi tres años después, pero ahora vive en una humilde vivienda de Choluteca muy cerca de donde ella se crió cuando era niña.

Actualmente tiene 18 años. Cada día se levanta muy temprano para prepararle comida a su pareja y hacer las tareas domésticas, mientras cuida de su hijo con artrogriposis (un síndrome que limita el movimiento de las articulaciones o coyunturas del cuerpo).

Cindy, al igual que muchas otras hondureñas, dejó de estudiar para dedicarse completamente a su pequeña familia.

Desde 1990 hasta 2016 las uniones de hecho en menores de edad fueron en incremento, pero en 2016 la cifra superó los 30 mil casos de niñas y adolescentes que ya estaban en unión libre; mientras 2,647 varones estaban en la misma situación.

Las uniones de hecho alcanzaron la cifra máxima en 2017, año cuando entró en vigencia la reforma que prohíbe el matrimonio antes de los 21 años.

Aunque la normativa no es retroactiva, como lo explicó a EL HERALDO el abogado José María Díaz, el cambio en el Código de la Familia no solo encaja con la reducción de los matrimonios, sino que coincide con un reporte nulo de los divorcios de menores de 17 años.

Y aunque parezca difícil de creer, hasta 2013 hubo casos de hombres y mujeres de entre 10 y 17 años que tenían al menos un divorcio.

Es decir, que los menores se casaron de forma legal y después de un corto matrimonio se separaron de sus parejas.

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El registro muestra que de 1990 a 1992 la cantidad de niñas y adolescentes divorciadas era mayor que la cifra de varones en similar situación, mientras que para 2001 y 2004 los casos en hombres menores de edad casi doblaron en cantidad a los de las mujeres.

El gráfico evidencia que en Honduras no se registran niños o adolescentes divorciados desde 2009. Fue hasta 2013 que en el país dejaron de reportarse casos de mujeres y hombres de entre 10 a 17 años divorciados, de acuerdo con el análisis de datos realizado por EL HERALDO.

Ante los ojos de la ley, las niñas deben ser niñas, y no esposas, pero a veces su brazo no es tan fuerte para torcer prácticas tan arraigadas en una sociedad machista. Las niñas ya no se casan en Honduras, pero sí viven con un marido.

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