NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- El exoficial de la Policía Nacional de Honduras, Mauricio Hernández Pineda, envió una carta al juez Kevin Castel en la cual reconoce su arrepentimiento y pide clemencia a las puertas de la lectura de su sentencia por narcotráfico.
El escrito presentado por la defensa legal del exfuncionario muestra una carta escrita en puño y letra de Hernández Pineda, quien inicia reconociendo su culpabilidad y arrepentimiento de haber formado parte de un conspiración para traficar drogas hacia Estados Unidos.
“Mi nombre es Mauricio Hernández Pineda, gracias por la oportunidad que me brinda de poder expresar mi arrepentimiento, mi vergüenza y reconocer mi responsabilidad de los actos cometidos que me han traído terribles consecuencias, pero acepto que todo ha sido mi culpa y la asumo completamente”, inicia la misiva del exoficial que se declaró culpable en febrero.
“Los errores que he cometido me tienen aquí y me han afectado en lo personal como a mi familia. En lo familiar me he separado más de 52 meses esto me ha afectado mucho, en octubre de el año 2023 murió mi madre, en marzo de 2021 murió mi hermano mayor y hno pude darles un último adiós, eso todavía no lo puedo superar, mi papá está bastante enfermo, no puedo ayudarlo por mi situación, quisiera verlo antes que él muera, mis hijos están estudiando y no los puedo ayudar, no he tenido visitas de familiares durante todo este tiempo por diferentes circunstancias”, continúa.
Mauricio Hernández Pineda expuso que al interior de la prisión se ha deteriorado su salud con el padecimiento de varias enfermedades y que estuvo a punto de perder la vida tras contagiarse de covid-19.
Asimismo, el exoficial sostiene que el tiempo que ha estado en prisión ha influido para cambiar en su vida y considera que ahora “es una mejor persona” y reafirma su deseo de volver a estar con su familia.
“En lo personal mi salud se ha deteriorado, me han diagnosticado varias enfermedades que aún padezco, me infecté dos veces con el virus del covid-19, casi pierdo mi vida y aún sufro las secuelas, en las prisiones que he permanecido he pasado situaciones crítcas, terribles e inhumanas, sin embargo, he sido una persona respetuosa con visión hacia el futuro”.
“Todo este tiempo en prisión ha cambiado mi vida y considero que soy una mejor persona, aprendía a valorar mi vida, mi familia y cada cosa por muy pequeña que sea, mi mayor deseo es volver con mi familia, trabajar y apoyarlos. En la prisión también hay muchas cosas positivas que me han ayudado a cambiar y a corregir mis errores, aprendí que puedo ser una persona productiva y de bien, realizo varias actividades en la prisión”.
Mauricio Hernández Pineda expuso al juez Kevin Castel que dentro de la prisión realiza actividades como ejercicio diario, asistir a charlas, es maestro de Español y da clases a siete reclusos, lectura de libros, la coordinación de un grupo cristiano, la preparación de un proyecto de una granja avícola. Pineda sostiene que llevará a cabo todas estas actividades cuando recobre su libertad.
“Señor juez, no soy una mala persona, amo mi vida, amo mi familia, creo fielmente en Dios, la mayor parte de mi vida la he pasado trabajando y haciendo cosas positivas, es la primera vez que estoy en esta situación, estoy corrigiendo mi errores”.
“Señor juez, solicito que se tomen en consideración y se valore todo lo antes expuesto y me dé la oportunidad de obtener mi libertad y regresar con mi familia que tanto amo con el compromiso de no volver a cometer estos errores. Nunca pienso cometer delitos que ofendan a los Estados Unidos”, cerró.
Familiares y amigos piden clemencia
Familiares y amigos de Mauricio Hernández Pineda hicieron llegar cartas al juez Kevin Castel en la cual le piden clemencia a la hora de dar su sentencia tras haberse declarado culpable de narcotráfico.
Uno de los que escribió al juez fue Sergio Hernández, hermano de Mauricio, quien pidió al togado tomar en consideración el pedido de la defensa y habló acerca de la vida del expolicía.
Asimismo, otros parientes cercanos al exoficial lo describieron como una persona servicial que siempre ha estado dispuesto a ayudarlos y que se vio empujado a involucrarse en actividades ilícitas por varios factores.