TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A mediados de mayo la joven Melanie Oseguera de 15 años dejó sus estudios de décimo grado en un instituto público de la capital para ingresar a una academia de belleza, y aprender lo que ella considera su pasión.
“Pienso que estudiar belleza me ayudará más que el colegio, porque tengo la posibilidad de emprender mi propio negocio”, dijo la adolescente mientras se dirigía a la academia ubicada en el centro de Tegucigalpa.
Melanie, quien es la menor de tres hermanos, es parte de los 7,511 alumnos que abandonaron el sistema educativo en los primeros seis meses del año escolar, según datos de la Secretaría de Educación a los que tuvo acceso EL HERALDO.
Esa cifra apenas representa el 0.42% de todos los alumnos matriculados este año, lo que para las autoridades educativas indica que este año la cifra de desertores podría bajar considerablemente.
Los mayores niveles de deserción a mitad de este año se concentran en los departamentos de Cortés, donde se han ido 1,160 alumnos; Yoro con 795 menores y Comayagua con 726 desertores.
Respecto a los niveles educativos, es en el de básica (de primero a noveno grado) que se refleja la mayor cantidad de alumnos que salieron del sistema, seguido del nivel de media.
Los datos son preliminares, pues los profesores no ingresan a todos los alumnos que se van al Sistema de Administración de Centros Educativos (SACE) con la esperanza que vuelvan y se pongan al día con sus estudios.
Maestros explicaron que si un estudiante abandona la escuela y después regresa, se hace el proceso de reintegración; indicaron que no se le puede quitar la opción de regresar y eso es beneficioso para ellos, es por eso que el sistema muestra esa flexibilidad.
Para el expresidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh), Joel Navarrete, aunque los datos a mitad del ciclo escolar sean bajos, no hay que adelantarse, pues esta seguro que la cifra a final del año escolar va aumentar.
”Al final del 2024 ese porcentaje se puede aumentar, porque es a final del año donde mayor cantidad de población desertora se manifiesta; esperamos que se hagan los correctivos y que entre el tercer y cuarto parcial se puedan hacer las enmiendas necesarias para recuperar a lo jóvenes”, dijo el exdirigente.
Causas del abandono escolar
Son muchas las causas del porqué los niños y jóvenes se retiran de las aulas de clases, pero en su mayoría son provocadas por la pobreza y la violencia.
Ambas situaciones sociales provocan que las familias deban migrar al interior y fuera del país, sacando a los menores del sistema escolar.
“La pobreza y la violencia siguen siendo un factor determinante de la deserción, que provocan en casi todos los casos la migración, a causa de la violencia muchos de los jóvenes llegan a extremos que deben abandonar el sector donde viven y cambian la mochila escolar por la mochila de migrante”, expresó el maestro en la zona norte.
La necesidad de migrar en los menores y sus familias es cada vez mayor.
De acuerdo a una encuesta aplicada por la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) a docentes de quinto y octavo grado, siete de cada diez docentes señalaron que tuvieron estudiantes que expresaron su deseo de salir del país, unos para reunirse con sus familiares, otros para tener acceso a mejores condiciones de vida.
El informe indica que el 34% de los menores de esos grados hacen planes para salir del país.
Navarrete señaló que se necesita mejorar las condiciones que brinda el sistema educativo hondureño.
“Necesitamos ser más atractivos, en el caso de educación básica es importante que la merienda escolar este a tiempo, recordemos que muchos niños y niñas van sin desayunar al centro educativo, y es precisamente donde ellos pueden venir a comer, allí hay que mejorar”, enfatizó.
Agregó que la merienda escolar debe ser una estrategia para retener a los menores en los centros educativos, pero también debe ayudar a mejorar la situación nutricional de los estudiantes.
Maestros y autoridades educativas ven con esperanza las cifras de deserción, vaticinan que será menos a las de años anteriores, cuando se reportaron más de 50,000 estudiantes que no terminaron sus estudios.