TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un cromosoma extra la convirtió en una niña única y especial, pero su pequeño corazón -lleno de cariño- necesitaba una cirugía para resistir.
Ana Sofía Enamorado Portillo, una niña con síndrome de Down, y cuyo carisma pareciera atrapar a quienes la conocen, tuvo que viajar junto a sus padres a tres países para poder conseguir un tratamiento para su condición.
La pequeña recibía atención en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), quienes les dijeron que necesitaría una operación.
Sus padres Teresa Portillo y Víctor Enamorado, decidieron llevarla a un hospital de Guatemala para ver si podían solicitar ayuda, pero fue hasta que regresaron nuevamente al país que obtuvieron una mano amiga.
'Se nos respondió la petición desde Honduras. Hicimos cotizaciones, consultas en otros países y aquí en 24 horas nos resolvieron, nos dieron presupuesto y la opción inmediata', relató el padre de la niña sobre el hospital Health City de Islas Caimán.
La familia decidió aventurarse por el bienestar de la niña, realizó más de una decena de actividades para recaudar fondos, además de conseguir donaciones con parientes y amigos.
Al llegar, lo primero que hicieron fue revisar a la pequeña y realizarle una evaluación completa. Posteriormente, fue sometida al procedimiento de cateterismo y luego a una cirugía de corazón abierto.
'Es una niña diagnosticada con síndrome de Down, quien tenía una condición bastante compleja llamada defecto del canal atrioventricular, lo que significa que dentro del corazón hay dos agujeros y dos válvulas separadas. Es una operación bastante delicada, es una especie de trabajo artístico dentro del corazón', explicó Binoy Chattuparambil, el médico que operó a Ana Sofía.
La operación de la pequeña duró varias horas, pero al final todo fue un éxito. La menor salió del hospital dos semanas después, con una sonrisa que la caracteriza.
'Sus padres se fueron muy contentos', contó el médico.
Ana Sofía Enamorado Portillo, una niña con síndrome de Down, y cuyo carisma pareciera atrapar a quienes la conocen, tuvo que viajar junto a sus padres a tres países para poder conseguir un tratamiento para su condición.
La pequeña recibía atención en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), quienes les dijeron que necesitaría una operación.
Sus padres Teresa Portillo y Víctor Enamorado, decidieron llevarla a un hospital de Guatemala para ver si podían solicitar ayuda, pero fue hasta que regresaron nuevamente al país que obtuvieron una mano amiga.
'Se nos respondió la petición desde Honduras. Hicimos cotizaciones, consultas en otros países y aquí en 24 horas nos resolvieron, nos dieron presupuesto y la opción inmediata', relató el padre de la niña sobre el hospital Health City de Islas Caimán.
La familia decidió aventurarse por el bienestar de la niña, realizó más de una decena de actividades para recaudar fondos, además de conseguir donaciones con parientes y amigos.
Al llegar, lo primero que hicieron fue revisar a la pequeña y realizarle una evaluación completa. Posteriormente, fue sometida al procedimiento de cateterismo y luego a una cirugía de corazón abierto.
'Es una niña diagnosticada con síndrome de Down, quien tenía una condición bastante compleja llamada defecto del canal atrioventricular, lo que significa que dentro del corazón hay dos agujeros y dos válvulas separadas. Es una operación bastante delicada, es una especie de trabajo artístico dentro del corazón', explicó Binoy Chattuparambil, el médico que operó a Ana Sofía.
La operación de la pequeña duró varias horas, pero al final todo fue un éxito. La menor salió del hospital dos semanas después, con una sonrisa que la caracteriza.
'Sus padres se fueron muy contentos', contó el médico.
