Honduras

'No soy madre... juego a serlo y cada día aprendo”

Con casi la mitad de su vida dedicada al cuidado y protección de sus más de 56 mil hijos adoptivos, sor María Rosa abre su corazón en este Día de la Madre y nos colma con su sabiduría.

07.04.2014

Pese a que los 56 mil hondureños que han pasado por sus brazos le llaman madre, porque ella los acogió en los hogares que lidera, sor María Rosa, asegura que no lo es, pero que juega a serlo y que las madres que han llegado en busca de ayuda le enseñan cada día a amar a sus hijos.

Hoy, en el Día de la Madre Hondureña, nos habla de su experiencia como madre adoptiva de los más necesitados y nos abre el baúl de sus recuerdos en casi 64 años de vida religiosa.


¿Cómo decide dejar el servicio impuesto por su orden, para dedicarse a rescatar niños?

A los 40 años, salí del servicio en La Policlínica, para cumplir la vocación que me envió Dios cuando cumplí seis años al ver seis mojas desembarcar en Puerto Cortés.

Quería trabajar por los huérfanos y cuando tuve la oportunidad inicié la misión.

¿Fue duro el inicio?

Yo quise un día entregarle a Honduras un país con una nueva generación de gente humana, cristiana y mentalmente preparada, pero en un inicio no me apoyaron, los militares fueron los que me dieron la primera mano.

Pero tenía lo que hacía falta: vocación, dedicación, entrega y amor. Si tú tienes amor haces cualquier cosa, ustedes se asustarían de todas las cosas que aquí se han hecho sin tener un centavo. Lo demás viene por añadidura.

¿Cómo se recupera la inocencia de un niño que ha vivido tantas injusticias en las calles?

Con mucho amor y devoción. Usted tiene que tenerle devoción a los niños, porque ellos son la mayor imagen y semejanza de Dios.

¿Cómo logró que tantos niños aceptaran a madres adoptivas en sus hogares?

Solo les dije: Esta persona lo ama, lo quiere, respétela porque en ella está el puesto de su madre que por cualquier cosa del mundo no pudo estar con usted.

Aquí hay tías que deben estar listas para dar a los niños lo que la madre no les pudo dar en el vientre, porque sus madres les enviaron en el embarazo sentimientos negativos.

¿Qué significa para usted que tantas personas le llamen madre?

Yo no soy madre, ellos me llaman así porque quieren. Yo aprendí de las madres de mis niños, yo jugaba a ser madre. Ellas me enseñaron cada día.

Cuánto no aprendí de ellas... Nunca les quité a mis niños el derecho de tener su madre, les inculqué el respeto a ella.

Yo les digo a ellos cuando llegan que me llamo sor María Rosa, nunca quise tener el puesto de la madre, solo colaborar con la madre para mantenerlos.

Muchas personalidades han salido de sus hogares, ¿a cuántos recuerda?

En todos lados va a encontrar un hijo mío, tengo empresarios, médicos, de todo. Todos son importantes para mí, lo único que les pido es que me estiren donde vayan, con buenos actos en todo.

Y donde estén que digan que crecieron aquí. Que sean sencillos y humildes, para que aprendan de lo que otros hacen. Lo único que uno se lleva de este mundo son las obras que dejó.

Siempre les digo: “No repitan la historia”. Significa: no hagan lo que hicieron sus padres para que ustedes vinieran aquí, fórmense lo más que puedan y formen una familia con la bendición de Dios.

¿Qué debe hacer una madre para criar hijos de bien en un mundo tan convulsionado?

Amarlos, quererlos, no enrostrarles los problemas de ellas a los niños porque ellos no tienen la culpa de sus errores. La madre muchas veces hace eso por ignorancia, porque ni pensó y cuando menos lo esperaba, estaba embarazada.

¿Qué ocupa todo niño?; una madre, aunque no lo haya parido, pero que cumpla lo que no pudo cumplir la biológica.

A su juicio, ¿cuáles son los principales retos que enfrentan las madres modernas?

Si usted tiene un hogar asegúrese que tiene que trabajar, pero sin descuidar su hogar, sus hijos. Usted es el modelo de ellos. Hoy en día no hay hogares ni familias ni hijos, porque hay que acumular dinero, hay que trabajar mucho.

¿Qué valores se deben cultivar en el seno de la familia, para crear una sociedad más justa?

La moral, porque ya no existe. Yo me peleo con todos los que usan a las mujeres para vender llantas o cualquier otra cosa. Por eso en las casas de niñas tratamos que pasen de ser un “algo” a alguien.

¿Cuál es el mejor regalo que puede recibir usted un Día de la Madre?

Mi mejor regalo, saber que todos mis hijos están bien.

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