TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Todo tiene un inicio y antes de llegar al de la Fundación Socio Educativa Mensajeros por la Paz, hay que conocer la vida del padre Ángel García Rodríguez, el filántropo católico que esparce su altruismo por el mundo.
El padre Ángel nació en el barrio La Rebollada (Mieres, Asturias, España) el 11 de marzo de 1937 en una época marcada por el ambiente desolador, consecuencia de la guerra civil.
En sus propias palabras el hijo de obreros rememora que, desde pequeño, crecer y convertirse en médico, deportista o ingeniero no era su destino, ya que su visión era clara: “ser un cura”.
“El cura de mi pueblo cuando traían algún muerto del monte iba siempre a la viuda y les metían cinco pesetas o un poco de pan bajo la almohada, los niños admirábamos a ese cura”, relata el padre.
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La imborrable huella de la guerra lo dirigió a ordenarse como sacerdote diocesano a los 24 años. Posteriormente fue destinado a ocuparse de la capellanía del antiguo orfanato de Oviedo.
Este primer destino marcaría profundamente el futuro del padre Ángel, pues a partir de sus primeras experiencias en el orfanato se consagraría en cuerpo y alma en ayudar a los más necesitados.
El orfanato, convertido en lo más parecido a un hogar normal, abrió la brecha para llegar a los Mensajeros de la Paz, un proyecto que logró evitar la separación de los hermanos huérfanos. En esa época, algo “revolucionario en España”.
Fundación
La organización no gubernamental declarada de utilidad pública y de ámbito nacional e internacional Mensajeros de la Paz fue fundada en el año 1962 por el padre Ángel y por Ángel Silva Sánchez.
Con el paso del tiempo, la incesante e incansable actividad del padre Ángel fue diversificándose, creando proyectos y recursos destinados a la protección y mejora de la calidad de vida de otros sectores sociales vulnerables, tales como discapacitados físicos y psíquicos, mujeres víctimas de la violencia doméstica o inmigrantes.
“Mensajeros de la Paz es una asociación laica que nación en Asturias con raíces católicas, es una manera especial para estar con los más desfavorecidos, niños o ancianos, a veces los más desfavorecidos no solo carecen de lo material, sino también de cariño”, argumentó el padre Ángel a medios españoles.
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Travesía
La solidaridad del padre Ángel ha traspasado las fronteras de España para llevar ayuda humanitaria urgente, por ejemplo, tras el huracán Mitch en Honduras, los terremotos en El Salvador, la crisis Argentina, las últimas guerras en Irak o en el Líbano, el terremoto en Irán, el tsunami en el sudeste asiático, damnificados de Haití, Benín, Siria, etc...
Galardones
Porque es imposible que la obra del padre Ángel pase desapercibida, entre los reconocimientos que ha recibido se mencionan el Premio de la Fundación Mundial por la Paz (1997), Gran Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social (2002), Premio “Personalidad 2003” Club Internacional de Prensa (2003), Premio Español Universal (2005) y la Medalla de Oro de Asturias (2014).
