TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las recientes negociaciones del partido Libertad y Refundación (Libre) con el gobernante Partido Nacional, que condujeron la semana pasada a las reformas electorales, ponen al partido de izquierda en la escala del bipartidismo, reemplazando al partido Liberal, según analistas y actores políticos.
Libre, un partido creado en el 2011, surgió con la esperanza de dar al pueblo hondureño una alternativa ante los históricos problemas políticos y sociales que atraviesa el país, pero con el transcurrir de los años ha ido incorporándose al viejo sistema partidista, el mismo que ha sido el escenario de sus críticas.
Los arreglos políticos a los que llegó su cúpula con el Partido Nacional ponen en duda ese espíritu de lucha y combate y parece que al partido de izquierda en los últimos meses más le interesó su representación en los organismos electorales que seguir criticando el mandato de Juan Orlando Hernández y su “ilegítima” reelección.
Causó sorpresa, además, que Libre no haya condicionado las reformas electorales -de las que se benefició- a la aprobación paralela de la segunda vuelta, el plebiscito para abordar el tema de la reelección, llegar hasta el final con sus denuncias de fraude electoral y la amnistía para los presos políticos.
“Lo que ha habido es una repartición de puestos. Me sorprende que Mauricio Oliva diga que quien se opuso a la segunda vuelta fue Libre”, afirmó el presidente del Partido Liberal, Luis Zelaya.
Todo apunta a que Libre abandonó la bandera del fraude electoral y, con las negociaciones recientes, reconoció que el presidente Hernández debe concluir su mandato. Da la impresión de que las manifestaciones en las calles y las acciones de protesta de Libre en el Congreso son “compadre hablado”.
Prueba de ello es que el viernes, con motivo de la instalación de la segunda legislatura, sus diputados, que portaban una camiseta con la leyenda atrás de “Fuera JOH”, abandonaron el hemiciclo minutos antes de que entrara el presidente Hernández.
“Creo que eso solo es una estrategia para mantener contento al sector radical del partido Libre, pero no es posible tener un doble discurso. Por un lado, negociando y, por otro, llamando a la insurrección. Esto la militancia de Libre no lo va a lograr entender”, según el criterio del analista Pablo Carías.
El domingo, con motivo de las acciones de protesta de Libre contra “la dictadura” (que cumplió un año de gobierno) causó extrañeza la forma desesperada en que el líder del partido, Manuel Zelaya Rosales, pretendía evitar ser blanco de las piedras que caían cerca de sus pies, situación que lo obligó a abandonar la zona.
Por las redes sociales se escucharon voces y expresiones de protesta de gente que dijo ser parte de Libre, pero está inconforme con las negociaciones con el Partido Nacional. Para estos activistas, son más importante los principios del partido que una simple repartición de puestos en los organismos electorales.
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30son los diputados de Libre que respalda ron las reformas electorales. |
Negociaciones y bipartidismo
El jueves 24 de los corrientes los 30 diputados de Libre cumplieron el mandato partidario de apoyar la creación del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), que sustituyen al Tribunal Supremo Electoral (TSE). En los nuevos entes Libre tendrá representantes con derecho a una cuota de empleados. También fue creada una Comisión Permanente del Registro Nacional de las Personas (RNP) con representación de Libre.
Ante este panorama inocultable, el bipartismo en Honduras ahora lo constituyen el Partido Nacional y Libre.
“Hay una especie de relevo, una modificación en el panorama político en la medida en que el partido Libre logra entenderse con el Partido Nacional, que es evidente, a pesar de los esfuerzos que su principal líder le quiere dar con los movimientos insurreccionales”, según el analista Carías.
