TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Durante el ciclo de siembra de primera de 2022, que corresponde desde mayo hasta julio, la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta) reportó pérdidas en cultivos de 512,413 quintales.
Con esta cantidad de producción afectada, las pérdidas financieras alcanzaron los 362 millones de lempiras, correspondientes al tiempo comprendido durante este año.
Dentro del informe de la Dicta, se detalló que los cultivos de maíz, frijol y sorgo fueron los más perjudicados, reflejando un área de siembra dañada de 270,299 manzanas.
Según Dulio Medina, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores y Productores de Granos Básicos de Honduras (Prograno), el panorama visualizado para el próximo año es catastrófico. “Para el 2023 no tenemos una ruta definida para contrarrestar la sequía, cambios climáticos u otras causas, el panorama es el mismo o incluso peor”, señaló.
Rubro agrícola vulnerable
Agregó que en la actualidad los productores no cuentan con las herramientas para contrarrestar las pérdidas que se han presentado en los últimos años, debido a que carecen de ciertas normativas agrícolas.
“Ni siquiera tenemos un seguro agrícola para nosotros los productores. Creo que necesitamos una ley que respalde nuestras necesidades y beneficios”, manifestó.
Además, dentro de las propuestas para revertir los cultivos dañados indicó que se necesita con prontitud una masiva campaña de instalaciones para proyectos de riego. “Dentro de los altos y bajos que se han dado en la producción perdida, la mayoría es por sequía”, expresó.
Entre otras soluciones proyectadas, los productores han recomendado ampliar la siembra de postrera hasta diciembre de este año, con el fin de aprovechar la humedad que se genera. De esta forma, se recuperarán los cultivos que fueron dañados entre mayo y julio.
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