La seguridad fue extrema en los puntos críticos de la ceremonia de traspaso presidencial.
Desde horas de la noche del domingo y madrugada del lunes, EL HERALDO observó en un recorrido cómo los dispositivos de seguridad se intensificaron en los puntos clave del evento.
Las autoridades, tanto de Seguridad como de Defensa Nacional, dispusieron crear núcleos de seguridad en zonas como el aeropuerto internacional Toncontín y sus alrededores; anillo periférico, bulevar Fuerzas Armadas, Casa Presidencial, Congreso Nacional, Estadio Nacional y áreas hoteleras.
Estas medidas fueron fortalecidas ante las veladas amenazas de boicot por parte de miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), quienes la mañana del domingo habían prometido una marcha pacífica y sin actos de vandalismo.
Pero las promesas del líder radical Juan Barahona fueron vacías porque el impacto de la violencia, la anarquía y el desorden lo sufrieron la infraestructura y el ornato de la ciudad capital.
Los manifestantes, afines a la alianza Libre-Pac, destruyeron todo a su paso.
El moderno proyecto Trans 450, que fue inaugurado en su primera fase la semana pasada, fue quien se llevó la peor parte.
Las paredes, cortinas y vitrinas de las casetas fueron rayadas y manchadas con todo tipo de obscenidades.
Las actividades
Las acciones de seguridad se concentraron en dar protección a las delegaciones nacionales e internacionales.
Alrededor de 3,000 agentes de la Policía Nacional junto a un número similar de efectivos de las Fuerzas Armadas conformaron desde muy temprano los seis anillos de seguridad para la protección del evento.
“El dispositivo de seguridad se cumplió tal como se había planificado desde hace algunas semanas, no tenemos ningún reporte de que haya ocurrido algún incidente”, dijo el subcomisionado Julián Hernández Reyes, vocero de la Secretaría de Seguridad.
Anillos de seguridad
Los controles de seguridad fueron extremos, especialmente para las personas que ingresaron al Estadio Nacional.
Y es que los afines a la alianza Libre-Pac habían amenazado con ingresar para boicotear la fiesta cívica.
A raíz de eso no se permitió el ingreso de ningún tipo de bebidas, comidas y mucho menos palos u otro tipo de objetos o armas.
En cada uno de los accesos de la principal instalación deportiva del país se llevó a cabo un minucioso registro con detectores de metal.
Los miembros del Ejército se desplazaron en las unidades militares como ser buses, comandos y pick-up asignados a la Policía Militar.
Mientras que los agentes de la Policía se desplazaron en 300 motorizadas y 300 radiopatrullas en los recorridos que realizaron desde el aeropuerto Toncontín hasta los hoteles donde se hospedaron los distinguidos visitantes.
Igual ocurrió al concluir el acto que inició a eso de las 7:00 de la mañana y finalizó antes del mediodía.
A la expectativa
“Fue un dispositivo donde no se dejó nada desprotegido de lo que se había planificado”, aseguró Hernández Reyes.
Para el caso, en las inmediaciones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) se concentraron alrededor de 200 miembros del Ejército, acompañados de agentes de la Policía Nacional asignados al Comando de Operaciones Especiales Cobras (Coeco), quienes portaron sus escudos antimotines y bombas lacrimógenas, las que no fue necesario utilizar.
En este sector se ubicó uno de los anillos de seguridad sobre el bulevar Suyapa, donde no se permitió la circulación de los violentos miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
Inspecciones y francotiradores
Desde antes que ingresaran las personas que iban a estar ubicadas en el estrado principal, miembros del Escuadrón Antibombas de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional llegaron con el Escuadrón Canino.
“En puntos altos del Estadio Nacional se ubicó un grupo de francotiradores, sin que fueran visiblemente detectados por las personas que asistieron a la toma de posesión”, enfatizó el vocero policial.
Para reforzar la seguridad se hizo uso de tecnología de punta, como ser cámaras de video, desde las cuales fue posible monitorear a todos los presentes en el evento.
Desde la central de operaciones, los agentes tenían instrucciones de movilizar equipos de reacción inmediato en caso de detectarse movimientos irregulares.